Columna Muchas gracias: Hindú e indio

Por un error geográfico de don Cristóbal Colón, a los habitantes del Continente americano también les llamó indios, creando así una confusión que arrastramos hasta nuestros días, creyendo que los habitantes de la India no son los indios, sino los hindúes.

Quienes habitan este populoso país son un billón de indios, de los cuales la gran mayoría también es, además hindú, es decir que profesan la religión del mismo nombre; es decir, hindú es quien profesa como el hinduismo.

No existe, por ejemplo la comida hindú, ni la ropa hindú. Lo que sí hay es comida de la India y ropa de estilo indio, aunque muchas recetas y formas de vestir tienen su influencia en las prácticas hinduistas, en especial los platillos vegetarianos.

El hinduismo tiene sus raíces en Asia, y no en el oriente, ya que este último término tampoco es políticamente correcto de usar. Debemos siempre decir Asia, y nunca la palabra oriente, antiguo término europeo para definir lo exótico como sinónimo de lo raro y ajeno.

Como religión, el hinduismo es difícil de definir, ya que en sí contiene distintos y variados métodos para lograr su objetivo: el de ser uno con Dios, y nos puede tomar toda una vida comprenderlo perfectamente sus aspectos.

Incomprendido para la gran mayoría del mundo, les cuento que el hinduismo es una religión monoteísta que cree en un solo Dios, señor y creador, quien no tiene forma física y está por encima del tiempo y del espacio. El enorme panteón de deidades es apenas una representación simbólica de los distintos atributos del Uno, el Espíritu.

El hinduismo ha creado una deidad distinta para cada una de las cualidades de Dios con el fin de hacerlo más fácil de entender. Por ejemplo, hay quienes adoran al Señor como la encarnación de Krishna y éste, a su vez, como un bebé, igual que por ejemplo los católicos veneran a Dios en su forma de Niño.

En uno de sus libros, el Rig Veda, nos dice: "Aunque los hombres le llamen por muchos nombres, en verdad es solo Uno".