Psicóloga
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El pequeño abusador sobre el que les comenté la semana anterior, podría perfectamente convertirse también en un acosador. Afirman los expertos en “mobbing” o acoso psicológico , que los acosadores crónicos –aquellos que procuran dominar a los demás no solo en el trabajo, sino en cualquier ambiente en que se desenvuelven– fueron probablemente niños insolentes, que solían abusar de sus compañeros de escuela y de otros, y nunca fueron detenidos, nunca se les fijaron límites, llevándoles a acostumbrarse a que siempre podían salirse con la suya.
Como muchas de sus víctimas actúan con miedo, indiferencia o terminan sometiéndose a su voluntad, el abusador entra en un ciclo de reforzamiento en el que el poder que ejerce sobre sus víctimas, le reporta cada vez mayores beneficios, haciéndolo conservar y “perfeccionar” sus métodos de abuso.
El tema del “mobbing” en general lo había tratado en otra oportunidad. Hoy, atendiendo la solicitud de un lector, vemos algunos aspectos del “mobbing” ascendente, o sea, el que se da cuando uno o varios subordinados acosan a un superior jerárquico.
Se puede dar cuando se nombra a un jefe ajeno al departamento o a la misma empresa y alguien interno ambicionaba ese puesto, o si el cambio de jefatura genera temores porque con el jefe anterior se tenía garantizada la permanencia en el puesto o se gozaba de ciertos privilegios. Asimismo, si su forma de trabajo no es aceptada o introduce cambios que se interpretan como amenazas o provocan cierta inestabilidad al romper con las “tradiciones” establecidas.
También puede ser acosado un compañero ascendido a jefe, cuyo progreso no sea bien recibido por otros, o también cuando un jefe intermedio no es respaldado por uno o más miembros de los mandos superiores, a quienes pueden acudir terceros a “sembrar cizaña”.
Aunque según los estudios realizados, los casos de acoso ascendente son los menos, también se presentan y causan igual desgaste y daño en las víctimas. La menor incidencia de casos probablemente se da porque los posibles acosadores no cuentan con el poder informal que necesitan para perpetrar el hostigamiento .
Pero es muy posible que en el ambiente laboral costarricense recurran a la pasivo-agresividad como medio para descargar sus pasiones. La próxima semana continuamos.