Melbourne, Australia. Un equipo de científicos australianos ha presentado un proyecto para recuperar al tigre de Tasmania, extinguido hace más de sesenta años, a partir de la clonación de un embrión que se conserva en perfectas condiciones en el Museo Australiano de Sydney.
"El tigre de Tasmania, -el marsupial carnívoro más grande de Australia- que según datos oficiales desapareció en 1936, podría volver a correr por los bosques de la isla australiana si se hiciese uso de los avances de la genética", declaró a EFE el director del Museo de Sydney, Mike Archer.
Según afirman Archer y Mike Westerman, profesor de genética de la Universidad de "La Trobe", de la ciudad australiana de Melbourne, se podría "clonar un diablo de Tasmania -'al estilo de (la película) Jurassic Park'- con el ADN del embrión del tigre de Tasmania que se conserva en el Museo de Sydney".
"Tenemos este frasco milagroso en cuyo interior hay un ser que está esperando volver a la vida" indicaron los científicos australianos.
Este diminuto tigre de Tasmania fue introducido en un frasco en 1866 y, según explicó a EFE Westerman, "por suerte lo conservaron en alcohol y no en formol, por lo que aún se le puede hacer la prueba de ADN".
El embrión del tigre, agrega Westerman, probablemente fuese lo suficientemente mayor como para moverse por sí sólo dentro del vientre de su madre, y todavía conserva el pelaje y los primeros signos de las rayas únicas de esta especie.
El tigre de Tasmania era muy similar a un perro, grande y alargado, con una larga cola y una cabeza muy grande.
Su pelaje era de color marrón, con unas quince rayas más oscuras desde la base de la cola hasta los hombros, y llegaban a medir, desde la punta de la cola hasta la nariz, más de metro y medio, unos 60 centímetros de alto, y tenía un peso medio de 30 kilogramos.
Conocido científicamente como "thylacinus cynocephalus", el tigre de Tasmania era muy tímido y evitaba el contacto con los humanos y no solía ladrar, excepto cuando cazaba.
Los dos promotores de la idea de clonar este animal extinguido afirmaron a EFE que "es hora de devolver la vida al thylacinus cynocephalus y borrar una de las manchas de la historia de la colonización de Australia".
Desde su llegada a esta isla, situada unos 250 kilómetros al sureste de Australia, los colonos comenzaron una campaña masiva de exterminio, que no pararon hasta acabar en 1936 con el último ejemplar en el zoológico de Hobart, capital de Tasmania.
Ya a mediados del siglo XIX, John Gould, un famoso naturalista australiano, predijo que el tigre de Tasmania acabaría por extinguirse.
Después de que las autoridades australianas dieran oficialmente por desaparecido al tigre de Tasmania, muchas personas han asegurado haberlo visto en el norte de la isla, pero en ninguna ocasión se ha podido confirmar.
Los dos científicos, que han puesto toda su ilusión en las posibilidades que ofrece actualmente la ciencia, creen, sin embargo, que si no encuentran "viabilidad comercial" a su propuesta no habrá ninguna compañía u organismo oficial que se decida a financiar el proyecto de clonación.
Medio en broma, medio en serio, ambos se preguntan cómo convencer a las familias australianas de que en lugar de comprar un perro o un gato para los niños, adquieran uno de "sus tigres de Tasmania".
"En realidad -dicen- detrás de nuestra propuesta hay un fondo moral, puesto que no fue Dios quien decidió la extinción del tigre de Tasmania, sino nosotros, los humanos, que ahora tenemos la oportunidad de rehacer lo destruido".
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, La Nación Digital. Fuente: agencias.