
Cardiff, Gran Bretaña (DPA). El Chelsea se impuso hoy por 2-1 al Arsenal y conquistó la Copa de la Liga en una espectacular final de la tercera competición del fútbol inglés, repleta de emoción, polémica y que incluso rozó el drama con la lesión de John Terry.
Los dos goles de Didier Drogba dieron el título al Chelsea, después de remontar el tanto inicial del juvenil Theo Walcott. Tres jugadores resultaron expulsados tras una gran pelea, y Terry tuvo que retirarse en camilla tras recibir una patada en la cabeza.
La final se planteaba como un choque de estilos, con el Chelsea alineando a todas sus estrellas y el Arsenal confiando en los jóvenes que lo llevaron hasta el partido decisivo, pero las señas de identidad del fútbol inglés primaron: la velocidad, la fuerza y la lucha depararon un precioso partido en el que ninguno de los dos equipos escatimó esfuerzos para buscar el gol.
Quien lo encontró primero fue el Arsenal a los doce minutos. Diaby controló el balón al borde del área y lo metió en profundidad para Walcott, que con sólo dos toques marcó un bonito gol: con el primero se deshizo de dos defensores y con el segundo batió con frialdad al arquero Petr Cech.
El Arsenal pudo doblar su ventaja poco después, pero el árbitro no concedió un probable penal de Lassana Diarra sobre el brasileño Julio Baptista.
Y en el minuto 25 apareció el primer latigazo de Drogba, que en posición dudosa recogió un pase del alemán Michael Ballack y empató el partido con el gol número 27 de su excepcional temporada.
El Chelsea se iba metiendo poco a poco en el partido, y el mando del juego fue suyo después del descanso gracias a la fundamental entrada de Arjen Robben. El holandés sustituyó a Claude Makelele e imprimió una velocidad extra al juego de los "blues" y volvió locos a los "gunners".
Pero todo pudo haber quedado en nimiedad en el minuto 57, cuando los 70.000 espectadores presentes en el Millenium de Cardiff se quedaron helados al ver la lesión de Terry. En un balón dividido en el área el capitán del Chelsea metió la cabeza para rematar al mismo tiempo de Diaby intentaba despejar.
La potente patada del defensa del Arsenal, destinada a alejar el balón lo más posible de su área, conectó de lleno en la cara de Terry, que cayó noqueado a plomo e inconsciente sobre el césped. Minutos de drama siguieron, y según algunos medios online ingleses Terry llegó a tragarse la lengua en el incidente, y sólo la rápida asistencia primero de varios futbolistas y después de los médicos le salvaron la vida.
Cuando fue retirado en camilla, los aficionados de ambos clubes ovacionaron largamente al jugador, que es además el capitán de la selección inglesa. El central fue trasladado a un hospital donde los tests revelaron que no sufre lesiones graves, e incluso tuvo tiempo de regresar al estadio y compartir parte de las celebraciones por el título con sus compañeros.
El escalofriante incidente, lejos de enfriar el partido, pareció animarlo aún más. Frank Lampard y Andrei Shevchenko golpearon el larguero en sendos lanzamientos, mientras en el otro lado del campo Cech le sacaba un mano a mano a Diaby.
Pero en el minuto 84 la eficacia del Chelsea y de Drogba sentenciaron la final. Un pase de Robben fue perfectamente cabeceado por el marfileño a la red, lejos del alcance del arquero español Manuel Almunia.
Hubo tiempo para mucho más, pero poco tuvo que ver con el fútbol. Mikel John Obi derribó en el centro del campo a Kolo Touré y se desató una enorme pelea en la que intervinieron prácticamente todos los jugadores y que incluso requirió que ambos técnicos, José Mourinho y Arsene Wenger, entrasen al césped a separar a sus jugadores.
La batalla se saldó con las expulsiones de Obi y Touré, más la del "gunner" Adebayor por su participación en la refriega. La lesión de Terry y la pelea provocaron que el reloj corriese hasta el minuto 102.
Al final la fiesta fue azul y Mourinho pudo celebrar su cuarto título desde que llegó a Inglaterra hace tres temporadas.