Los Santos, este lugar tan bonito, se está destruyendo frente a familias que ni se dan cuenta. Nos invade la droga, el alcohol, los robos y la prostitución. Ya no se puede estar tranquilo ni en el parque. ¡Hagamos algo! Diego Badilla R.
MarÃa responde:
Tomar conciencia es el primer paso para encontrar soluciones. Como dice el dicho: âNo hay peor ciego que el que no quiere verâ, y si las familias se niegan a abrir los ojos es difÃcil el cambio. Tengo un especial afecto por Copey de Dota, ese lugar que me enseña a querer, mi amiga, la gerontóloga Flory Stella Bonilla.
Ella lucha por las personas mayores y el destino se la lleva muy joven. Flory Stella vuelve una y otra vez, como si sus raÃces necesitaran del agua clara para florecer. Este año, en San Gerardo de Dota, el espÃritu del rÃo nos roba a Susan, Carlos y Kay, mis hermanos y mi sobrino. Ya ve, por razones distintas, llevo como usted a Los Santos en mi corazón. En Los Santos âlas fuerzas vivasâ de la comunidad pueden organizarse y garantizando la seguridad, tomar medidas correctivas. Es fundamental crear fuentes de empleo o pequeñas empresas, donde los y las jóvenes trabajen y forjen familias con ilusión. Es indispensable que existan lugares de reunión y espacios para disfrutar.
A la juventud le hace falta el deporte, la alegrÃa, la creatividad, la diversión. Salir de paseo, bailar, compartir sanamente, ilusiones y esperanzas. Las personas mayores también buscan espacios para acompañarse, para recordar, para realizar sueños. Caer en el vicio es relativamente sencillo. Lo complejo es salir adelante, cambiar.
Pocas personas están satisfechas en situaciones como esas y, sin embargo, siguen atrapadas. Los seres humanos necesitamos apoyo, estÃmulo y afecto para salir adelante y la comunidad organizada debe pensar espacios positivos, para todos. Los Santos pueden renovarse si los âsanteñosâ, santos y no santos, hacen un esfuerzo colectivo.