
Decir que Andrés Calamaro es el tipo más prolífico del rock argentino es quedarse corto.
Su segundo apellido debería haber sido “exceso”. El Salmón , como le dicen, con tal de nadar contra las corrientes –de la moral de los demás, del mercado de la música, de las formalidades– ha andado lo mismo por el tango, que por el folk ; ha danzado con el candombe, el tango y la canción latinoamericana y, como buen poeta malhablado, igual se acerca a los caseríos marginales que a los barrios altos. ¡Que personaje!
Es que si alguien ha roto, y por antojo, los estándares fonográficos ese ha sido Andrés Calamaro.
En el 2000, grabó 500 canciones de las cuales 103 armaron el disco El Salmón que fue un álbum histórico para la industria musical.
¿Y qué hay del Honestidad Brutal ? Con la velocidad de rayo a la que compone El Salmón en tan solo seis meses tenía listas más de 100 canciones. Porque los discos no son elásticos solo pusieron 37.
Con Los Abuelos de la Nada –legendaria banda argentina–, con Los Rodríguez –banda cuya partida de nacimiento estuvo en España– o bien solito, desde 1997, Andrés Calamaro no se detiene. Anduvo y anda aún creando y creando a Mil horas –como el título de una de sus canciones más famosas–.
Tanto le sale a Calamaro de su cabeza que una vez más volvió a hacer de las suyas: acaba de lanzar Andrés. Obras incompletas , una antología que en dos ediciones suman 145 temas. En ese lote, de seis discos y dos DVD, hay 54 temas inéditos junto a una selección de lo mejor de su carrera desde que publicó Alta suciedad hasta hoy.
Y esta nueva hazaña suya es la excusa perfecta para conversar con Andrés Calamaro. Él dio esta entrevista a Viva .
Andrés tiene 54 canciones inéditas y una selección de lo mejor de su carrera desde Alta suciedad hasta hoy. Desde la mirada nada complaciente de Andrés Calamaro: ¿por qué entonces son sus Obras incompletas ?
Por obras completas se entiende otra cosa; cada disco y cada canción que alguien haya editado alguna vez, o durante un período de tiempo; sin embargo estas Obras Incompletas son un balance de una década de grabaciones, incluyendo también aquellas cosas que no formaron parte del repertorio de ningún disco editado: instrumentales, música de cine, experimentos, versiones, vanguardias, descartes… Una parte importante de mí.
“Son incompletas porque, me consta, que cada uno va a echar de menos alguna canción que no está.”
En tantos años de carrera ¿Qué es lo que tiene subrayado como “pendiente” en su agenda de creador de canciones y de hombre que siempre tiene algo que decir?
Que mis discos se editarán en Inglaterra, en Estados Unidos, en Israel, en Brasil y en Francia. Y que tengan buenísimas críticas.
¿Tenía la necesidad real de cerrar un ciclo? Se lo pregunto porque fue en 1997 cuando emprendió su camino en solitario y fue en el 2007 que publicó su disco de estudio La lengua popular .
Sentí que era buen momento para hacer un balance, pero no sé si estoy cerrando un círculo, probablemente me falte otro disco, o dos… y una segunda parte de las Obras Incompletas para considerar cerrado un círculo, metafóricamente.
Andrés tiene canciones que hasta ahora no habían visto la luz como De la lluvia . ¿Es cierto que usted la había descartado en su momento como parte de Alta suciedad . ¿Por qué en el Alta ... no calzaba y en el Andrés va como anillo al dedo?
En aquel momento pensé que la letra no me terminaba de gustar, además, elegimos otras canciones según el tiempo y los músicos que teníamos cuando grabamos, en febrero de 1997, Alta suciedad .
¿Cómo llegó a canciones como El manifiesto común o Rivothriller una especie de “catarsis al estilo Pollock” ha dicho usted?
Bueno, quizás la comparación con la pintura es un poco confusa. Son dos tracks que tienen algo de performance , de teatro o de vanguardia; al mismo tiempo son letras combativas, aunque en terrenos muy diferentes.
A estas alturas de su carrera ¿Qué siente por canciones suyas como Flaca , Paloma , Te quiero igual ? Acaso… ¿gratitud?
Creo que siento idéntica gratitud por todo lo que el rock me dio, en forma de experiencias y en líneas generales. Entiendo que hay canciones que tienen un peso estratégico en la vida de alguien, pero no soy yo el que las destaca del resto.
¿Cuáles de sus canciones, realmente, le han permitido vivir la música al máximo?
Son muchas canciones. Algunas fueron instantes intensos de creatividad, momentos lúdicos, espacios ganados al silencio; otras las tocamos cien veces en concierto. Algunas las canté una sola vez, y sin embargo me permitieron vivir la experiencia creativa con honda intensidad.
Usted es uno de los compositores más versátiles que ha tenido el pop rock en español. Lo mismo ha transitado por el folk , que por el rock o por el tango. ¿Existe una etiqueta para usted o prefiere considerarse una especie de “ciudadano de los sonidos y los lenguajes”?
No lo había pensado pero, además de “músico de rock ” acepto lo de “ciudadano de sonidos y lenguajes”, “boxeador de sueños”, “ex convicto de la vida” y cualquier definición que suene bien y me deje bien parado.
¿Le “acosa” el síndrome de la página en blanco? Si es así, ¿cómo sale de ese impase?
Sí, claro… Pero no tengo una fórmula para salir; a veces hay que sentarse con la voluntad, la noche es aconsejable para superar la página en blanco, también es posible dejar de ofrecerle resistencia y rendirse a los encantos de la nada.
En una reciente rueda de prensa en Madrid usted afirmó: que el enemigo “no es Bin Laden ni la crisis, sino escuchar lo que opinan los fans de tu música”. ¿Por qué, acaso tan duros son los fans?
No son duros, son leales y son profundos, pero sería un error tomar en cuenta la opinión de cuatro psicópatas que escriben comentarios en foros o en blogs . Tampoco es mi problema porque… ¡ni tengo Internet! Y la frase tampoco es mía.
Imposible es hablar con Andrés Calamaro sin hacer referencia a Los Abuelos de la Nada. ¿Qué le dejó como músico y como persona su paso por tal formación? ¿Qué le dejó usted al mundo de la música y de las canciones con buen contenido al haber sido uno de Los Abuelos?
Fue una época de amistad y aventuras. Para mí fue el principio de muchas cosas y solo tengo palabras de amor y gratitud para mis compañeros, que son mis hermanos (de La Nada).
“No tengo un cálculo exacto de la importancia de Los Abuelos de la Nada y nuestro legado, pero sin dudas la poesía y el carisma de Miguel Abuelo son, en sí mismo, un aporte extraordinario. Fue el verdadero poeta de Buenos Aires, escribió versos llenos de esperanza y de luz. Es el mejor.
Canciones emblemáticas de Los Abuelos como Mil horas han sido re-versionadas hasta en reggaetón . La versión más reciente es una del español Alex Ubago incluida en un disco que le produjo Cachorro López, Calle Ilusión . ¿Qué siente cuando escucha estas versiones de una canción que tiene su sello personal?
Mil horas fue muy versionada; por los Hermanos Rosario, por La sonora Dinamita y por decenas de artistas más, hasta llegar a la versión de Alex. Para mí es un verdadero honor que tantos cantantes quieran cantar mi canción, y formar parte de la música popular de otros países.
Para Andrés usted ha planeado un tour . ¿Qué se plantea usted al respecto cuando se trata de volver a recorrer escenarios?
Mi filosofía no cambia, somos un grupo de rock y guitarras y seguimos respetuosos a la estética y la exigencia del género. Yo trato de cantar siempre lo mejor posible, con arte y con sentimiento, no tenemos partituras, estamos en permanente movimiento musical y mis compañeros están involucrados en el sonido, la dinámica, los arreglos y las voces.
He de suponer que hay Andrés Calamaro para rato.
Seguramente que un rato sí, espero que el tiempo suficiente para cantar en Costa Rica muchas veces.