MERIDA, México (AFP) - El combate al narcotráfico, los problemas de seguridad, sobre todo la inmigración y sorpresivamente Cuba, centraron el martes la reunión entre los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Estados Unidos, George W. Bush, en Mérida (este), donde se registraron incidentes en repudio a su visita.
En varios discursos durante toda la jornada, Bush prometió que impulsará una "amplia reforma migratoria", el asunto más espinoso en las relaciones bilaterales, a la vez que por la noche admitió que Estados Unidos debe hacer más para reducir el consumo de drogas, ante un reclamo previo de Calderón.
Mientras ambos mandatarios pronunciaban sus discursos en una cena en la hacienda de Xcanatún, a unos 15 km de distancia, manifestantes atacaron el palacio municipal de Mérida, destrozando al menos tres oficinas.
En tanto, en la capital mexicana al menos una decena de activistas y 11 policías resultaron heridos en choques ante la embajada estadounidense.
Durante el almuerzo con su anfitrión mexicano, Bush respondió a la "inquietud" de Calderón al comprometerse a hacer "todo lo posible, trabajando con demócratas y republicanos, para que se apruebe esa reforma" migratoria.
En una primera alocución en Mérida antes de iniciar las pláticas, Calderón subrayó diferencias entre México y Estados Unidos al señalar que "mientras haya dos economías tan complementarias y desiguales, una intensiva en capital y otra intensiva en mano de obra, la migración no podrá detenerse y mucho menos por decreto".
Unos 11 millones de mexicanos residen en Estados Unidos, cerca de la mitad de ellos de forma ilegal, mientras la nación del norte construye un muro de 1.200 km para evitar la inmigración ilegal.
A la demanda de Calderón de que Estados Unidos debe asumir una actitud "más activa" en la lucha contra el narcotráfico, Bush admitió en la cena de honor que su país, el principal consumidor de drogas del mundo, debe "hacer un mayor esfuerzo" para reducir la demanda.
México "hace la parte que le corresponde, recupera calles y plazas públicas de garras de delincuencia y droga (...) y para tener éxito en esta lucha necesitamos la colaboración activa de nuestro vecino a sabiendas de que mientras no se reduzca la demanda" no se reducirá el tráfico de drogas, dijo Calderón.
Los discursos reflejaron algunas discrepancias entre ambos mandatarios, pero durante el encuentro que sostuvieron en la hacienda de Temozón, cercana a Mérida, también se pusieron de manifiesto discrepancias sobre Cuba.
"En el caso de Cuba, en cierta medida, estuvieron de acuerdo en que no están de acuerdo", dijo el consejero presidencial estadounidense Dan Fisk, al detallar parte del contenido de la reunión.
Un alto funcionario del gobierno mexicano confirmó a la AFP la declaración de Fisk y detalló que la cita se refiere a que México y Washington no comparten la misma visión sobre Cuba.
Calderón, en entrevista que publicó el martes el diario mexicano La Jornada, dijo estar interesado en reunirse con el presidente cubano Fidel Castro y rechazó ser instrumento de la política estadounidense.
"No descarto la posibilidad de programar una visita de trabajo o de Estado a la isla", dijo Calderón, quien agregó que trabaja en restablecer plenamente las relaciones con la isla tras el deterioro con el anterior gobierno mexicano de Vicente Fox.
La fuente mexicana añadió que también Bush y Calderón aludieron a Venezuela, sin mencionar en toda la reunión al mandatario Hugo Chávez.
Al término de la reunión que sostuvieron por la tarde en la hacienda Temozón, a 40 km de Mérida, ambos mandatarios, acompañados de sus respectivas esposas, hicieron un recorrido por las majestuosas ruinas mayas de Uxmal.
Bush finaliza el miércoles en Mérida una gira latinoamericana que abarcó además Brasil, Uruguay, Colombia y Guatemala.
© 2007 AFP