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LOS ANGELES (AFP) Con un nuevo disco recibido con elogios esta semana, la princesa del pop caída en desgracia Britney Spears intenta acallar a sus críticos y salir de una avalancha de conflictos personales que la han llevado a centros de desintoxicación y a perder la custodia de sus hijos.
"Soy Miss Sueño Americano desde que tenía 17/No importa si piso un escenario/O me escabullo a las Filipinas/Igual pondrán fotos de mi trasero en la revista/¿Quieren un pedazo de mí?/Quieren un pedazo de mí", canta Spears en "Piece of me", una de las canciones de "Blackout", el primer disco en cuatro años de la cantante.
El disco fue lanzado el martes en Estados Unidos y en él también se despacha contra su ex marido, el rapero Kevin Federline, en "Why Should I be Sad".
"Britney Spears no ha sido capaz de perderse de los paparazzi en los últimos meses, pero se perdió acertadamente en la música de su nuevo 'Blackout'", opinó un entusiasta crítico de USA Today.
El experto en música del New York Times catalogó el álbum como una "fresca disculpa", aunque destacó que se siente un gran talento en la producción que hace dudar de la contribución real de Spears.
El éxito del disco sorprendió luego que en septiembre una esperada actuación de Spears en la entrega de premios MTV Video Music en Las Vegas fuera destrozada por la prensa y diera pie a que varios expertos vaticinaran el "fin de la carrera" de la controvertida cantante, que con sus 25 años supo tocar el cielo, pero también el infierno.
Con apenas 16 años y una pose de liceal sexy, Spears saltó a la fama en 1999 con su single "Baby one more time", que desató una "Britneymanía" mundial que siguió alimentándose con "Oops, I did it again" o "Toxic", éxitos que le permitieron vender 76 millones de álbumes y ostentar entre 2000 y 2005 el título de cantante mejor paga del mundo, con una facturación de 38,5 millones de dólares por año.
Pero la vida personal de la joven estrella no supo acompañar el éxito. Tras una relación con el también cantante Justin Timberlake, en enero de 2004 se casó sorpresivamente en Las Vegas con un amigo de la infancia, Jason Alexander.
Fue un matrimonio que duró 55 horas y que hizo mella en una imagen que ya había sido empañada cuando se había besado con Madonna en el escenario de la entrega de los Grammy 2003.
Antes de fines de 2004 Britney ya se había casado nuevamente, con uno de los bailarines de su espectáculo, Kevin Federline, que ya tenía dos hijos pequeños.
La estrella se retiró poco después de los escenarios y estudios de grabación para dedicarse a su flamante familia: en setiembre de 2005 nació el primer hijo de la pareja, Sean Preston, seguido un año más tarde de Jayden James.
Aunque retirada de los escenarios, los "paparazzi" no pierden ocasión de encontrar a la ex lolita en falta, como conduciendo con su hijo en las rodillas o en salidas nocturnas sin ropa interior.
En 2006 Spears pide llorando en la televisión a los fotógrafos que la dejaran tranquila y asegura que su matrimonio es "sólido". Tres meses más tarde, cuando el pequeño Jayden tiene apenas seis semanas, pide el divorcio.
En los meses siguientes las páginas de las revistas se regodean con el hundimiento de la estrella: Spears en fiestas, Spears con kilos de más, Spears rapándose la cabeza, Spears ingresando a una cura de desintoxicación...
Hasta que en setiembre de este año pierde la custodia de sus hijos, a los que tiene derecho a visitar tres veces a la semana y bajo la supervisión de una tercera persona.
"La gente dice lo que quiere y hace lo que quiere. Es triste (...) cuán cruel puede ser el mundo", dijo esta semana la cantante en un popular programa radial. "Al final del día uno tiene que saber desde el corazón que uno está haciendo lo mejor que puede", agregó.
Tal vez su nuevo 'hit' "Gimme more", que llegó al 'top ten' esta semana, ayude a la polémica cantante a recuperar su trono de princesa del pop.
© 2007 AFP
