Caracas, 27 feb (EFE).- Brasil mantiene su política internacional de no intervención en asuntos internos de otras naciones, pero en el caso de la actual crisis política de Venezuela la combina con una de "no indiferencia".
Así lo destacó hoy en Caracas el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, al informar a los periodistas de una cita entre el presidente de su país, Luiz Inácio Lula da Silva, y el de Venezuela, Hugo Chávez, en el marco de la XII Cumbre del Grupo de los Quince (G-15) que se efectúa en la capital venezolana.
La mejor muestra de esa "no indiferencia" con Venezuela es la autoría brasileña del Grupo de Amigos, creada a inicios del año pasado".
El Grupo se formó para asistir al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, en la búsqueda de una salida "pacífica, constitucional, electoral y democrática" a la actual crisis política venezolana, añadió.
"Se trata de países de mucho peso mundial", dijo en alusión a su propio país y a EEUU, Chile, España, México y Portugal, las otras cinco naciones del Grupo de Amigos para Venezuela.
"Queremos una solución constructiva para Venezuela. No nos cabe entrar a evaluar lo que el CNE (Consejo Nacional Electoral de Venezuela) juzgó o cómo juzgó, porque se trata de una institución prevista dentro de la soberanía venezolana", sostuvo.
El autónomo CNE decidió esta semana someter a investigación buena parte de las 2,4 millones de firmas necesarias para la celebración de un referendo revocatorio del mandato de Chávez, lo que ha enfurecido al "antichavismo" que acusa al organismo electoral de ponerse de parte del Gobierno.
"Lo que interesa es que las personas que firmaron (estén convencidas de que sus rúbricas están siendo sometidas a una) verificación transparente", destacó el ministro brasileño.
También expresó el apoyo de Brasil a la presencia en Venezuela de la OEA y del estadounidense Centro Carter, que cuentan con más de medio centenar de observadores en las labores de verificación de esas firmas.
"El presidente Chávez le dijo al presidente Lula que no tiene problemas con eso", reveló.
En definitiva, remató Amorim, "lo que no interesa es recrear una situación de confrontación (entre venezolanos), sino encontrar una solución en que la voluntad de pueblo esté acorde a las normas constitucionales venezolanas".
"Nosotros creemos que hay una ventana abierta y que si se trabaja sobre ella de manera correcta, como confiamos se hará, eso posibilitara la distensión del clima político" en Venezuela, concluyó. EFE
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