Río de Janeiro, 5 abr (EFE).- Brasil "está cumpliendo rigurosamente con sus obligaciones internacionales", aseguró hoy el canciller, Celso Amorín, para refutar recientes versiones de prensa de que se impidió a la Agencia Internacional de Energía Atómica inspeccionar instalaciones nucleares.
El ministro hizo esa aseveración, según la agencia estatal de noticias Brasil, cuando fue consultado por periodistas sobre la versión publicada por el diario estadounidense "The Washington Post".
El rotativo aseguró que Brasil había impedido a la AEIA visitar sus plantas de enriquecimiento de uranio y que funcionarios de Estados Unidos pidieron a ese organismo que en sus inspecciones no haga diferencias con los llamados países aliados de las denominadas naciones adversarias.
"Dios nos libre", exclamó Amorín ante la posibilidad de el organismo internacional de control nuclear trate a Brasil con el mismo rigor que dispensa a Irán o Corea del Norte.
El ministro, quien hizo esas declaraciones tras disertar en la Cámara de Comercio Americana de Río de Janeiro, le restó importancia a lo publicado por "The Washington Post" y consideró que el rotativo se limitó a atender intereses estadounidenses.
Por otra parte, la cancillería divulgó un informe en el que subrayó que el Gobierno brasileño "considera inaceptables, por ser desposeídas de fundamento, tentativas de establecer paralelos entre la situación de Brasil y la situación de países que recientemente admitieron conducir actividades secretas o no declaradas en el área nuclear".
En tanto, el ministro brasileño de Ciencia y Tecnología, Eduardo Campos, calificó como "inaceptable" cualquier insinuación de que la postura adoptada por el país diese lugar a conjeturas respecto a que el país produce armas nucleares.
Justificó que las limitaciones impuestas a la reciente fiscalización de la AIEA se basaron en el derecho del país en proteger la tecnología que desarrolló en esa área, prerrogativa prevista, según dijo, en los tratados que Brasil ha suscrito.
"El enriquecimiento de uranio es auditado, pero no estamos obligados ni podemos mostrar la tecnología brasileña", afirmó Campos.
El documento de la cancillería, por otro lado, señaló que Brasil ha cumplido todas las determinaciones previstas en los acuerdos internacionales que ha firmado para la no proliferación de armas nucleares y para asegurar el uso pacífico de ese tipo de energía.
Entre otros puntos, admitió que el país está construyendo una planta industrial para enriquecer uranio combustible para las industrias nucleares locales y que las autoridades nacionales han iniciado entendimientos con varios organismos multilaterales de fiscalización nuclear.
Esas negociaciones pretenden definir cómo serán las investigaciones y establecerá las salvaguardas para que Brasil proteja sus secretos tecnológicos.
Según el informe, "se pretende permitir a las agencias un control efectivo del material nuclear utilizado y, por otro, asegurar que el país pueda preservar sus secretos tecnológicos e intereses comerciales".
"Algunas autoridades brasileñas se están enredando en la bandera nacional, defendiendo la soberanía, cuando (el enriquecimiento de uranio) es un proceso tecnológico desarrollado en todo el mundo y que debe ser inspeccionado por la AIEA", criticó el secretario de Medio Ambiente de la gobernación de Sao Paulo, José Goldemberg.
Goldemberg, ex ministro de Educación (1991-1992), dijo a periodistas que el proceso de producción de combustible nuclear que el actual gobierno apunta como exclusivo ya es conocido en varios países desde mediados de los años 80. EFE
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