&...;Que me estoy muriendo por esa boquita, tan jugosa y fresca como una manzana, dulce y madurita&...;" La letra de la vieja canción parece testimoniar una realidad que sigue siendo cierta: un rostro femenino con labios gruesos y quijada, nariz y barbilla pequeñas, acompañan al ideal de belleza de los albores del nuevo milenio.
Pero este estereotipo no afecta solo a las mujeres: en los hombres también se exige una boca llena; al menos eso es lo que resulta de diversos experimentos realizados en fecha reciente, como veremos.
Opinión autorizada
Víctor Johnston es un psicólogo que ha puesto en práctica un programa computarizado llamado algoritmo genético, que maneja desde su página en Internet. Allí, cada usuario califica, de acuerdo a su personal criterio de belleza, una serie de imágenes faciales elegidas al azar, tomadas con base en 17 mil millones de variaciones que puede tener un rostro.
La computadora produce nuevas caras, de acuerdo a las escogencias de miles de personas que accesan la página. Según el psicólogo, la elección invariablemente da como resultado un rostro femenino aniñado, con los labios de una jovencita de catorce años, y una distancia entre ojos y barbilla de una chica de once. Para él, esas quijadas reducidas y bocas con volumen son signo de mujeres que han atravesado la pubertad con muy pocas hormonas masculinas y muchas femeninas.
La psicóloga británica Nancy Etcoff, autora del libro Survival of the Prettiest, afirma que aunque algunos psicólogos y antropólogos han dicho que nuestro concepto de belleza se forma con retazos de todos los rostros que hemos visto anteriormente, la realidad es que en experimentos diversos la cara que se considera bella se aleja del promedio en muchos sentidos. Para ella, es claro que los labios de las célebres Naomi Campbell y Cindy Crawford no son convencionales, ni los pómulos o la quijada de Kate Moss.
Así, a una computadora se le suministraron fotografías de las portadas de las revistas Vogue y Cosmopolitan y se le programó para adivinar las edades de las modelos.
El resultado fue que la máquina las calculó entre seis y siete años, de acuerdo a esos rasgos señalados anteriormente, que ahora se identifican con el ideal de lo bello.
No solo para mujeres
Pero no solo las mujeres quieren tener labios llenos; los hombres también los desean, y ese anhelo se refleja en miles de solicitudes a los cirujanos plásticos, de parte de pacientes que sueñan con atraer pareja mediante el despliegue de una boca generosamente redondeada.
Si hace unos años los implantes de seno eran el último alarido de la moda chic, ahora lo son los implantes en los labios.
En una encuesta realizada en Europa, 40 por ciento de los entrevistados manifestaron que encontraban más atractivos y besables los labios gruesos que los delgados. El 85 por ciento señaló estar dispuesto a pagar por una operación para lograr que su pareja los tuviera así.
Por si eso fuera poco, un tercio de las mujeres que tomaron parte en la investigación revelaron que usan trucos de maquillaje para aparentar que su boca es más llena. Y una cuarta parte dijo que pensaría seriamente en la posibilidad de recurrir a la cirugía para darle un contorno mayor a sus labios.
Es que los estudiosos nos dicen que en nuestras sociedades la boca carnosa envía un mensaje al subconsciente, que lleva a la vez la marca de la sensualidad y la juventud, ya que los labios tienden a adelgazarse con la edad.
Las soluciones
Una técnica quirúrgica revolucionaria, que define y agranda el contorno labial, y da a los labios esa apariencia frutal, fue desarrollada por un equipo de cirujanos de la Universidad de California bajo el nombre de SoftForm Facial Implant, y ahora se practica en muchos otros países.
La diferencia con otras operaciones similares está en que puede revertirse fácilmente si la persona no queda satisfecha. Toda la operación dura solamente una hora y se efectúa con anestesia local. Por una o dos semanas sobreviene una inflamación, pero desaparece a lo largo de ese período. El implante es un tubito hueco, alrededor del cual, dicen sus creadores, crece el tejido. No se degrada ni desaparece con el tiempo.
No obstante, esos implantes no sustituyen aún a los de colágeno, que son más populares, pero que sí deben reemplazarse después de tres o seis meses. También hay otro método, que según la prensa fue el utilizado recientemente por Ángel Rafael, que consiste en inyectar grasa de la misma persona, para conseguir el efecto de mayor volumen.
En todos esos casos nos encontramos ante la permanente búsqueda de la eterna juventud y de la voluptuosidad, imanes que atraen desde siempre a la humanidad.
En cifras
En una encuesta realizada en Europa:
40 por ciento de los entrevistados dijo encontrar más atractivos y besables los labios gruesos que los delgados.
85 por ciento señaló estar dispuesto a pagar por una operación para lograr que su pareja los tenga así.
Un tercio de las mujeres reveló usar trucos de maquillaje para aparentar una boca más llena.
Una cuarta parte dijo pensar seriamente en la posibilidad de recurrir a la cirugía para darle un contorno mayor a sus labios.