Madrid. El escritor uruguayo Mario Benedetti fue galardonado el lunes, para su sorpresa, con el prestigioso VIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por una obra literaria en la que ha reflejado gran parte de su vida.
"No me esperaba nada, fue todo una sorpresa porque ni siquiera sabía que era candidato. Pero estoy muy contento", dijo el escritor en una entrevista concedida en su residencia madrileña, donde pasó siete años de exilio antes de regresar a Montevideo, el año pasado.
Benedetti, de 78 años, conocido mundialmente por sus cuentos y sus poemas, fue elegido entre los aproximadamente 70 candidatos presentados a este premio, uno de los más importantes de habla hispana, convocado conjuntamente por la Universidad de Salamanca y por el Patrimonio Nacional, dependiente del Gobierno español.
El último premio Nobel de Literatura, el portugués José Saramago, miembro del jurado, destacó en rueda de prensa tras hacerse público el fallo la "humanidad extrema" de Benedetti, así como la vocación "interpelativa" de toda su obra.
"Interpela al lector y a la sociedad directamente", añadió Saramago.
Su extensa obra, de fuerte contenido social y escrita mucha de ella en el exilio, incluye novelas, como La tregua o Gracias por el fuego, infinidad de relatos, agrupados en numerosos volúmenes como Montevideanos.
Lo más importante
Benedetti se siente, ante todo, poeta. "Es el género que me importa más", señala el escritor, quien está acabando un nuevo libro de cuentos, tras el cual tiene previsto escribir uno de poemas.
"La poesía es un género en el cual el autor entrega más de su vida. En la ficción se inventa mucho, pero la poesía es donde el autor pone más de sí mismo", añade sentado en la mecedora de su biblioteca, rodeado de libros.
La vida ese paréntesis, publicado el año pasado, es su último libro de poemas. Antes había escrito El olvido está lleno de memoria, Las soledades de Babel, Inventario, Noción de patria o Poemas de la oficina, entre otros.
Su temática poética, siempre muy influida por la realidad, ha evolucionado de aquellos poemas de amor o de las crónicas del exiliado, hacia una poesía más existencialista, según relata el propio autor.
"Es probable que eso venga con la edad, tengo casi 79 años y uno tiene preocupaciones diferentes a las de los 30, ve más cerca la presencia de la muerte", afirma Benedetti, quien sigue escribiendo sus poemas a mano, antes de pasarlos a la computadora.
Eterno candidato al premio Cervantes, considerado el Nobel de la Literatura escrita en español, Benedetti no ha recibido muchos premios literarios, pero se ha visto reconocido por la fidelidad de sus numerosos lectores que han agotado ediciones de varias de sus obras.
El amor, las mujeres y la vida, antología de sus poemas de amor, ha sido reeditado en varias ocasiones y algunos de esos textos se han convertido en canciones gracias a autores como Joan Manuel Serrat y han sido cantadas y aprendidas de memoria por los jóvenes de ambos lados del Atlántico.
"Me siento muy satisfecho del eco de mis poemas en los jóvenes, para un viejo como yo seguirse comunicando con los jóvenes es importante, es como una señal de vida", añade.
Benedetti se encontraba este año entre los favoritos para hacerse con este galardón, dotado con seis millones de pesetas (unos $40.000, cerca de ¢11.320.000) y que el año pasado recayó en el poeta español José Ángel Valente.
El jurado, que estuvo reunido el lunes por la mañana deliberando durante más tiempo del previsto, señaló que fue difícil conceder este premio, debido a la "gran diversidad de la poesía iberoamericana".
El colombiano Álvaro Mutis y el chileno Gonzalo Rojas son otros de los ganadores en anteriores ediciones de este premio Reina Sofía, que es entregado a finales de año.