Gijón (España), 15 may (EFE).- El Salón del Libro Iberoamericano de Gijón rindió hoy homenaje con una mesa redonda al escritor mexicano Juan Rulfo (1917-1986) con motivo de la conmemoración del cincuenta aniversario de la publicación de su singular novela "Pedro Páramo".
El chileno Luis Sepúlveda, los mexicanos Paco Ignacio Taibo II y Antonio Sarabia, el uruguayo Mario Delgado Aparaín, el brasileño Tabajara Rúas, y los argentinos Reina Roffé y Mempo Giardinelli, éste por carta debido a una enfermedad, protagonizaron la mesa redonda en la que se elogió la figura y la obra del autor mexicano.
Algunos narraron sus historias personales con Rulfo, otros su relación a través de la literatura pero todos le calificaron como "uno de los gigantes de la narrativa hispanoamericana", en palabras de Aparaín, moderador del encuentro.
Paco Ignacio Taibo II recordó el momento de su adolescencia en el que conoció a Rulfo en su apartamento de México DF y de cómo le impresionó "su pavor literario al triunfo", algo que afirma compartir porque "se puede competir contra todo pero nunca contra uno mismo".
La negativa de Rulfo a publicar "ninguno de los textos que escribió hasta el final de su vida", tras el éxito de la colección de cuentos de "El llano en llamas" y su única novela, "Pedro Páramo", fue comentada por los autores iberoamericanos participantes en el encuentro con el público asturiano que llenó el salón de actos.
Luis Sepúlveda relató su único contacto personal con Páramo en la Feria del Libro de Francfort del año 1982 y se declaró "hijo literario" del autor que marcó "un antes y después de la literatura hispanoamericana con 'Pédro Páramo', por el grado de concisión y poesía que alcanzó, frente a las corrientes barroquistas de moda".
Sepúlveda leyó un texto de Giardinelli, convaleciente en un hospital de su Chaco natal, en el que repasó sus años de amistad con un Juan Rulfo que, dijo, "nunca dejó de escribir y que no quería publicar fruto de su exigencia y de ser el padre de una de las prosas más poderosas de la literaturas en español".
Giardinelli destacó también "la solidez de su ética", basada en su rechazo a la "frivolidad" y la molestia de "la superficialidad", lo que hizo a Páramo "prisionero de esa ética y el dolor".
Antonio Sarabia recitó el primer párrafo de 'Pedro Páramo', una novela que se sabe "de memoria", en la que se percibe "la fuerza y el dramatismo de una obra equiparable a una tragedia griega".
El autor de "El retorno del paladín", que mañana se presenta en Gijón, afirmó que "no se escribe lo que se quiere, sino lo que puede", y se preguntó por "donde andaría metido Rulfo para escribir esa novela tan maravillosa".
Para Delgado Aparaín, 'Pedro Páramo' describe "el desmantelamiento del mundo rural mexicano y se inscribe en otras grandes obras que, situadas geográficamente en lugares distintos, apuntan hacia el mismo problema".
Tabajara Rúa reconoció haber vivido tres rupturas estéticas en su vida, "el descubrimiento de la literatura de aventuras gauchas, la bosanova y Pédro Páramo", una novela "en la que encuentras un universo que hace creer en los fantasmas".
Para el autor brasileño, la obra goza de "una arquitectura literaria tan ingeniosa y perfecta en la búsqueda de la concisión" que junto al tema de la condenación lleva al lector a "descubrir cosas nuevas cada vez que se relee". EFE
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