Colaborador de La Nación
Si hay algo que impacta más allá de las letras de Aute eso son sus pinturas y sus dibujos. Lo que no pudo ser dicho o sugerido en las palabras queda explícito en sus cuadros.
Luis Eduardo Aute es, además de cantautor, pintor, cineasta, escultor y hasta escritor. Entre el círculo de los amantes seguidores de su discografía, cada una de sus facetas tiene un valor absoluto que en conjunto ayuda a delinear una de las personalidades más atractivas de la cultura española contemporánea.
Atractiva, enigmática y seductora es la esencia de este español, más bien filipino de origen, que a la edad de ocho años conoce la patria de su padre catalán, casado con madre filipina de ascendencia española. En esta segunda oportunidad que habrá de escuchar a Luis Eduardo Aute en Costa Rica, también se le podrá conocer como dibujante y cineasta.
Canción y película. Aute se presentará este martes 13 de noviembre en el Auditorio Nacional, en el marco de una gira por Latinoamérica destinada a la promoción de su último disco, Al día de hoy , el número 29 de su carrera artística (ver recuadro).
Pero además, tal y como lo informó Interamericana de Producciones (la empresa productora del evento), mañana lunes en el Centro Cultural de España (El Farolito) se presentará la película Un perro llamado Dolor , dirigida por el propio Aute. Es una película con más de 4.000 dibujos suyos, donde reinterpreta las relaciones entre el artista y su modelo de pintores como Goya, Picasso, Rivera, Frida Kahlo, Sorolla, Romero de Torres, Dalí y Velázquez.
El regreso a Costa Rica motiva a Luis Eduardo Aute, entre otras cosas, porque desde su primera vez sintió que este es un país donde hay ternura.
Para el autor de La belleza , Dos o tres segundos de ternura , El universo , Volver a verte y Cada vez que me amas, esta es prácticamente una condición para poder apreciar sus canciones: la ternura.
Exponente de un gran humor, visceral y corrosivo, Aute nos atendió telefónicamente desde su habitación en un hotel de Puebla, México. Le recordamos su primera y única visita a nuestro país y se alegró de que no lo hubiéramos olvidado. Les invitamos a leer una síntesis de esa conversación.
¿Luis Eduardo Aute será fácil de olvidar, sobre todo después de conocerle?
No, era broma, Yo espero que no me olviden, sobre todo la gente que quiero. Los enemigos sí que me olviden.
¿Por qué? ¿Tiene bastantes enemigos?
Bueno... no, no los he contado.
No vale la pena, ¿le parece?
Ni siquiera vale la pena contarlos. Indiferencia absoluta.
Qué alegría que vuelva por nuestro país...
Sí, realmente me apetece mucho. Ya tengo ganas de respirar aires costarricenses.
Aires húmedos, pues ha estado lloviendo mucho...
Sí, esta nueva salida por el mundo ha estado llena de agua, porque en México ha sido igual.
¿Y de qué trata esta nueva salida por el mundo, como dice usted?
Pues estoy dando conciertos, presentando las canciones del último disco, Al día de hoy, y precisamente acabo la gira ahí donde vosotros, en Costa Rica; de modo que haré gran fiesta. Podéis ir empezando, que yo me sumo.
¿Y al día de hoy, con qué nos encontraremos en este regreso a nuestro país?
Al día de hoy es el título de una canción de amor que yo pensé era el más adecuado para este disco, pues se cumplen 40 años desde que saqué mi primer disco. Este nuevo disco no es que sea un recuento de todos estos años aunque, por casualidad y sin buscarlo, las canciones espontáneamente representan distintas líneas que he ido desarrollando en mis diferentes épocas. El título vino bien pues esto es lo que quedó después de 40 años.
Después de cierta madurez en su carrera, como que al artista le da por hacer recuentos.
Sí, puede ser, pero en este caso fue por casualidad. Ni siquiera tenía conciencia de que habían transcurrido 40 años. Fue en el momento de armar el disco que la compañía discográfica me lo hizo notar. Porque yo ya ni me acuerdo de la fecha de mi cumpleaños. No soy nada adicto a efemérides de ese tipo.
Si no le gusta viajar hacia atrás, ¿le gusta más el presente?
Tengo muy mala memoria. Cualquiera diría que me acerco al síndrome de Alzheimer. Soy felizmente desmemoriado. Me interesa mucho más lo que queda por hacer, aunque cada vez queda menos tiempo.
¿Y qué cosas celebraría en caso de celebrar?
El estar vivo. Estar de pie y en pie de paz, no de guerra. Celebro cada vez que hay situaciones comprometidas o difíciles y puedo apreciar la solidaridad de la gente. Celebro cuando la gente muestra su rostro humano. Eso me gusta celebrar, que quede algo de humanidad en esta supuesta humanidad.
¿Cuál es el rostro humano que hay en estas nuevas canciones?
Mis canciones son intimistas. Reflexiono sobre el ser humano. Nuestro pequeño universo lleno de contradicciones, de dudas, lleno de pasiones, celebraciones, miedos, terrores, odios e indiferencias. Es el material que más me interesa. Ese bicho extraño, enigmático que se llama ser humano, que no pidió venir aquí, ya está aquí y no sabe qué va a pasar estando aquí y que resulta que tiene que hacerse todas esas preguntas y en el medio se enamora, que tiene hijos, que no entiende nada y sin embargo es un ser tan fascinante, tan maravilloso como terrible y horrible. Puede ser el más excelso de los ángeles y el más perverso de los demonios.
Una buena amiga me confesó un día que sus canciones le gustan porque a través de ellas pierde el temor a amar. Esta amiga afirma que a la gente le da miedo amar hoy día.
Hay mucha gente que ni siquiera sabe que existe el amor. Hoy día muchos se empatan haciendo aeróbicos genitales. Casi todo es pornografía y el estado de enamoramiento está en desuso. Lo terrible es que eso es lo que nos diferencia, en mi opinión, de los animales, el poder enamorarnos y brindarle sentido a las cosas a través del amor.
¿Qué le pasa por la cabeza cuando alguien le dice algo bueno sobre sus canciones?
Eso justifica toda una vida dedicada a cantar. Que alguien que no conozcas te dé las gracias por una canción tuya y que además te advierta que esa canción le ha ayudado a salir de un momento difícil; después de saber eso ¿para qué más? La verdad es que a mí me resulta algo muy hermoso.
¿Qué percibe del público que le acompaña en los conciertos?
Por extraño que suene digo que es un público que va a escuchar. Cuando cantan conmigo cantan muy bajito, como para hacer ambas cosas a la vez, cantar y escuchar. Llegan para ser cómplices conmigo de buena forma, a no sentirse tan solos. Ustedes los latinos son más efusivos y exponen más sus emociones, sin disimulo.
Sobre sus nuevas canciones he de confesarle que en este país aún no las hemos escuchado. Digamos que, en ese sentido, vamos a llegar vírgenes al concierto.
Bueno, qué difícil llegar virgen hoy a algún lugar, menos a un concierto mío. No sé si sentirme bien por eso. Las canciones de este nuevo disco siguen la tónica de las otras producciones. Sin embargo, este disco reúne canciones muy diversas, muy distintas entre sí. Son canciones que he escrito a lo largo de cinco años que estuve sin hacer disco nuevo y brotaron de diferentes momentos. La tónica, la textura, es similar a la de siempre.
A mí esa textura me produce sentimientos de paz.
Qué bueno porque en estos tiempos de tanta violencia y guerra un poco de paz interna no viene mal.