Guatemala. Las relaciones entre Guatemala y Belice, afectadas por un añejo diferendo territorial, se tornaron más tensas esta semana tras los últimos incidentes que culminaron con la salida del país de un diplomático beliceño, el creciente intercambio de acusaciones y estériles llamados al diálogo.
El gobierno de Guatemala, que había sufrido la crítica interna por no reaccionar con energía a varios incidentes en la zona limítrofe con Belice, reaccionó abruptamente el martes al fijarle un plazo de 48 horas al embajador en funciones de Belice en Guatemala, Salvador Figueroa, para que abandonara el país.
Figueroa, quien dejó el país la misma noche del martes, fue acusado por el Gobierno guatemalteco de haber violado las leyes nacionales por repatriar tres soldados y un policía beliceños que tenían orden de arraigo y por haber dado declaraciones a la prensa consideradas "irrespetuosas".
Los beliceños fueron detenidos el pasado 23 de febrero tras ingresar armados a Guatemala, y liberados una semana después, bajo la custodia de Figueroa, quien pese a comprometerse ante un tribunal a mantenerlos en territorio guatemalteco, los repatrió un día después.
La "gota que derramó el vaso" fueron las declaraciones que Figueroa dio a un periódico local, en las que criticó y calificó de "falsa" una denuncia presentada por Guatemala ante la Organización de Estados Americanos (OEA) contra Belice.
La cancillería de Guatemala calificó las declaraciones de "lesivas a la dignidad nacional" e "incompatibles con los elementales principios de respeto y comedimiento que ameritan las relaciones diplomáticas".
Minutos antes de partir hacia México, donde se desempeña como embajador de Belice, Figueroa aseguró que sus declaraciones las había dado a título personal, por lo que consideró que las negociaciones entre ambos países no se verían afectadas, al tiempo que se negó a disculparse con las autoridades guatemaltecas.
"No es falta de respeto, estamos por siglos hablando en términos diplomáticos, tratanto de evitar dar declaraciones francas, solo di una declaracion franca a una nota que Guatemala circuló en la OEA", manifestó Figueroa, quien sustituía en este país desde mediados de febrero, al embajador titular de Belice, Mike Mena, actualmente en Houston por problemas de salud.
Como protesta a la detención de la patrulla militar, Belice rompió el pasado 24 de febrero, unilateralmente, las pláticas que delegados de ambos países sostendrían en Miami (EEUU), para preparar una cumbre en abril próximo entre el presidente de Guatemala, Alfonso Portillo y el primer ministro beliceño, Said Musa.
Por su parte Guatemala, presentó el pasado viernes a la OEA la nota que criticó Figueroa y en la que denunció a Belice por haber incrementado sus patrullajes y su presencia militar en la zona limítrofe.
El canciller Gabriel Orellana informó que, además, el vicecanciller Rafael Salazar presentará el jueves un informe técnico sobre el diferendo al secretario general de la OEA, el ex presidente colombiano César Gaviria.
Entre Guatemala y Belice no existe frontera demarcada, debido a que los guatemaltecos no reconocen los límites; por lo que son frecuentes los incidentes, como el de la patrulla capturada en febrero.
Según el ejército de Guatemala, desde abril de 1997 se han registrado al menos 21 incursiones de soldados beliceños a territorio guatemalteco, donde habrían destruido cosechas y dado muerte a dos campesinos de este país entre junio y enero pasados.
El pasado 28 de febrero explotó una bomba de fabricación casera frente al edificio de la embajada de Guatemala en Belice, lo que ambos gobiernos calificaron de "hecho aislado".
La serie de incidentes revive una historia que se remonta dos siglos atrás. Guatemala insiste en reclamar a Belice la devolución de unos 12.000 km2 que considera suyos, pero que Belice se niega a negociar al asegurar que el territorio en litigio, está delimitado por su Constitución.
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, La Nación Digital. Fuente: agencias.