Redacción Central de EFE. Un avión ruso Tupolev-154 secuestrado hoy en vuelo Estambul-Moscú por dos presuntos terroristas chechenes, aterrizó horas después en Medina, Arabia Saudí, con al menos 163 pasajeros y doce tripulantes a bordo.
La mayoría de los pasajeros son de nacionalidad rusa, aunque también se encuentran a bordo unos 59 turcos, según la agencia turca Anatolia.
El aparato se dirigió en un primer momento a El Cairo y después sobrevoló el espacio aéreo sirio, pero las autoridades de ambos países les denegaron el permiso de aterrizaje, según medios oficiosos rusos.
Según fuentes árabes, el aterrizaje en Medina puede haber sido elegido por los secuestradores para impedir un asalto de cuerpos especiales extranjeros, debido a que en esta ciudad santa del Islam, lo mismo que en La Meca, está terminantemente prohibida la presencia de no musulmanes.
Inmediatamente después de aterrizar, tropas saudíes montaron un fuerte dispositivo de seguridad en torno al aparato y en las proximidades del aeropuerto.
Medina está situada 1.000 kilómetros al este de Riad y unos 500 al norte de la ciudad portuaria de Yeda, en el Mar Rojo.
Los captores han presentado una serie de demandas que no han sido desveladas por las autoridades saudíes.
El avión fue secuestrado por dos chechenes armados con cuchillos a la media hora de despegar, a las 11.30 GMT, del aeropuerto Ataturk de Estambul con rumbo a Moscú, según la agencia turca Anatolia.
Al menos dos personas, una de ellas un tripulante, resultaron heridas con arma blanca por los secuestradores, quienes aseguran poseer explosivos, según diversas fuentes.
Un portavoz de Vnúkovo, compañía especializada en vuelos turísticos al Mediterráneo a la que pertenece el avión secuestrado, dijo que el aparato iba pilotado por el comandante Vinográdov, a quien calificó como un hombre "muy experimentado",
El ministro de Transportes turco, Enis Oksuz, aseguró que los secuestradores son chechenes y que en un primer momento pidieron que el avión desviase su rumbo a El Cairo, aunque posteriormente solicitaron que se dirigiera a Arabia Saudí.
Asimismo, Oksuz afirmó que en el momento del secuestro se produjo un forcejeo en la cabina de mando que provocó que el avión descendiera bruscamente más de 400 metros.
Poco después de conocer el secuestro, el presidente ruso Vladímir Putin ordenó la creación de un "estado mayor operativo de seguimiento" que estará dirigido por el subdirector del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) Vladímir Prónichev.
El portavoz especial de Putin para Chechenia, Serguéi Yastrzhembski, anunció que "se está preparando una unidad antiterrorista" por si hiciera falta su intervención.
Putin impartió las órdenes desde un refugio forestal en plena taiga siberiana, en la región de Jakasia, donde llegó hace dos días para unas breves vacaciones.
"El presidente dio órdenes de que se le informe en todo momento" de la evolución de los acontecimientos sobre el secuestro, según los portavoces del Kremlin.
Este incidente es el último de una serie de secuestros de aviones de pasajeros ocurridos en los dos últimos años en la conflictiva región de Oriente Medio.
El pasado diciembre dos secuestradores saudíes obligaron a un aparato de la misma nacionalidad a desviarse a Bagdad, cuando volaba hacia Londres desde la ciudad de Yeda.
Este secuestro terminó felizmente cuando todos los pasajeros y la tripulación fueron liberados sanos y salvos, después de que los piratas aéreos se entregaran a las autoridades en la capital iraquí, donde dijeron en rueda de prensa que su acción había sido un acto de protesta contra la familia real de su país.
Dos meses antes un avión qatarí fue secuestrado en ruta desde la capital de Qatar, Doha, a Amán.
En noviembre del año anterior otro aparato de pasajeros de las líneas aéreas egipcias, Egypt Air, fue desviado al aeropuerto alemán de Fráncfort, cuando cubría la ruta entre Estambul y El Cairo.
Ambos casos también concluyeron sin víctimas y los secuestradores se entregaron a la policía.
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, Nacion.com Fuente: agencias.