Londres (AFP). Arsenal, último gran club inglés de fútbol en manos británicas, vive un momento de zozobra debido al intento por comprarlo del millonario estadounidense Stan Kroenke, que ha causado la marcha de David Dein, director ejecutivo, y rumores de dimisión del entrenador Arsene Wenger.
Kroenke, propietario de varios equipos deportivos norteamericanos, adquirió en unas semanas más del 12,19% del capital y ya parece clara su intención de hacerse con el club.
David Dein vio la puerta de salida por negarse a firmar el compromiso de los principales accionistas para no ceder ante Kroenke. El dirigente consideraba que el magnate estadounidense podría dar al Arsenal recursos económicos para luchar con las mismas armas que Manchester United, Liverpool y Chelsea.
La estrecha relación que une a Dein y a Wenger, cuyo contrato expira en junio de 2008, provocó de inmediato especulaciones sobre la posible marcha del emblemático entrenador.
Pero, al tiempo que manifestaba su "inmensa decepción" por la marcha de Dein, el técnico francés insistió en la "solidez" de su compromiso con los 'Gunners' y en que mantiene buenas relaciones con los demás dirigentes.
Sin embargo el jueves les pidió por primera vez garantías sobre la partida que se destinará a fichajes este verano europeo y rechazó manifestarse sobre la prolongación de su contrato de la que habló el jueves el presidente Peter Hill-Wood.
En cualquier caso, parece poco probable que Wenger deje en breve el club al que le llegó en 1996 de la mano de Dein, más aún teniendo en cuenta que la marcha de este último puede no ser definitiva.
El inglés podría aliarse o vender su participación (más del 14%) a Kroenke a cambio de un futuro cargo de presidente. El estadounidense se convertiría así en el principal accionista, superando a Danny Fiszman (24,6%), con casi un 30% que le autorizaría a iniciar un proceso de compra hostil.
Aunque el accionariado está relativamente concentrado, los pequeños accionistas y particulares parecen los puntos débiles de los "ingleses". Cuando compró al canal ITV su 9,9%, Kroenke demostró que estaba dispuesto a pagar las acciones por encima de su valor de mercado.
Consciente del peligro, la dirección utiliza la baza de los "valores ingleses" frente a la invasión norteamericana. "¿Por qué no queremos americanos en nuestro club. Piensen que estoy anticuado si quieren pero no necesitamos su dinero ni esa clase de personajes", alegaba Hill-Wood.
"Los norteamericanos están despedazando la primera división, no porque les guste el fútbol, sino porque ven en él una oportunidad de hacer dinero", añadió.
Esa condescendencia refleja bien el carácter de los principales propietarios del Arsenal, miembros de antiguas familias aristocráticas que dirigen el club desde hace generaciones. Pero no toca la fibra sensible de los aficionados, algunos de los cuales se cuentan entre los accionistas.
Su asociación cree que el club, respecto a los otros tres gigantes del fútbol inglés, "necesita sangre nueva y un nuevo impulso comercial" y considerará "una oferta de compra en función de sus ventajas y de la presencia de David Dein".
A pesar de su deuda por la construcción del Emirates Stadium, el Arsenal es una inversión prometedora por su creciente rentabilidad.