El molesto sofoco que afecta a la mayoría de mujeres menopáusicas puede reducirse de manera significativa con el uso del antidepresivo llamado paroxetina, según un estudio divulgado esta semana por la revista Journal of the American Medical Association ( JAMA ).
La paroxetina es un fármaco hasta ahora recetado comúnmente para aliviar los trastornos de ansiedad.
En el estudio participaron 165 mujeres menopáusicas que experimentaban entre dos y tres episodios de sofoco al día.
Estas voluntarias, al momento de realizarse la investigación, no estaban bajo terapia de reemplazo hormonal, el tratamiento más común para evitar los síntomas de la menopausia.
Además, las mujeres que presentaron síntomas de cáncer o estaban bajo quimioterapia o radioterapia, fueron excluidas del estudio.
Las participantes fueron divididas en dos grupos aleatorios. Uno recibió un placebo o píldora de azúcar, mientras que el otro grupo recibió la paroxetina en una dosis de 12,5 mg.
Al cabo de las seis semanas de estudio, las mujeres que estaban recibiendo la paroxetina, disminuyeron la incidencia de los sofocos a la mitad.
El estudio fue desarrollado por médicos de la Universidad de Míchigan, de la Escuela Johns Hopkins de Medicina, e investigadores de GlaxoSmithKline, la compañía farmacéutica que comercializa el fármaco paroxetina bajo el nombre de Paxil.
Beneficios cuestionados
Se cree que los sofocos suceden cuando se expanden los vasos sanguíneos y guardan relación con la caída de los estrógenos durante la menopausia, cuando dejan de funcionar los ovarios.
La paroxetina, al igual que otros antidepresivos, ayuda a disminuir los niveles de la norepinefrina en el cerebro
La norepinefrina es una sustancia que se eleva más de lo normal en las mujeres durante la menopausia.
No obstante, el antidepresivo también suscita numerosos efectos adversos como náuseas, mareo, dolores de cabeza, insomnio y cambios de apetito.
Algunos críticos señalan que el uso de antidepresivos no es recomendado para todas las mujeres, que podrían beneficiarse más de la denominada terapia con hormonas de reemplazo (estrógenos naturales o sintéticos, solos o combinados con progesterona, otra hormona femenina).
Sin embargo, esa terapia ha sido cuestionada tras revelarse en el último año que, a largo plazo, una terapia de estrógenos y progesterona puede aumentar los riesgos de sufrir cáncer e infartos cerebrales, entre otras cosas.
Además, la semana pasada se dio a conocer que la terapia de sustitución de hormonas duplica el riesgo de padecer demencia en las mujeres mayores de 65 años. (Vea nota aparte)
Justamente por ello es que los especialistas urgen la puesta en marcha de estudios sobre terapias alternativas para tratar de aliviar los molestos síntomas que se presentan durante la menopausia.
Se estima que el 80 por ciento de las mujeres que atraviesan el climaterio sufren en menor o mayor cuantía sofocos, congestión y sudoración.