Sevilla (España), 26 ene (EFE).- El escritor cubano afincado en Suecia Antonio Alvarez Gil relata en su última novela, "Delirio Nórdico" el drama de los miles de cubanos que durante la llamada 'crisis de los balseros', en 1994, pidieron asilo en Suecia.
Muchos tuvieron que volver a la isla tras las restricciones de entrada que impuso el Gobierno sueco ante la llegada masiva de inmigrantes; pero algunos lograron a tiempo un permiso de residencia en el país, entre ellos, Alvarez Gil, que vive en Estocolmo desde hace once años.
El protagonista de "Delirio Nórdico" -ganadora ex aequo del LI Premio de Novela Ateneo Ciudad de Valladolid-, también escritor, no tuvo tanta suerte y vive, durante el desarrollo del relato, con la incertidumbre de su futuro ante la orden de expulsión que pesa sobre él.
"Se siente jodido, sin patria, sin idioma, sin tipos sobre los que escribir", como lo describió el autor, Alvarez Gil, que presentó hoy su novela en Sevilla.
En declaraciones a EFE, el escritor cubano confesó que también él tuvo que afrontar esta tarea "extradifícil" que supone escribir en un país tan lejano y frío como Suecia, aunque "el problema no está tanto en el frío climatológico como en el social", afirmó.
Pero "Delirio Nórdico" -"una de las mejores novelas del año", según su autor- no es una novela autobiográfica: "el héroe no soy yo, aunque tiene algo de mí", son "las mismas frustraciones, los traumas, los dramas..., de ellos me nutrí".
Así, este relato de casi 400 páginas, Alvarez Gil lo escribió en menos en apenas seis meses.
"Salió muy rápido, ya lo tenía a flor de pecho. En cuanto empecé a escribir y los personajes estaban en mi memoria -aunque los he desfigurado un poco-, sólo tuve que armar la trama", explicó el autor cubano.
La novela se estructura en dos partes: la primera de ellas, relata las vivencias de varios centenares de cubanos que esperaban en un campamento una respuesta del Gobierno sueco; es una parte coral impregnada de notas de humor, de gracia caribeña.
La segunda, "más seria", se centra en el protagonista y su aventura amorosa con una médica sueca de padre jesuita y madre palestina, una relación intercultural que se convierte en "una historia sorpresa que parece que caíste en otro libro".
Para su autor, la obra tiene dos posibles lecturas: de un lado, el problema de los emigrantes cubanos que huyen del "drama" de la vida en la isla caribeña; y de otro, el creciente flujo inmigratorio de países del tercer mundo a otros del primero, como España.
En este sentido, el escritor cubano cuestionó "hasta qué punto los españoles tienen moral para no recibirnos aquí" y consideró que "en algún momento habrá que detenerse a pensar y tener memoria".
Con sus anteriores obras, Alvarez Gil obtuvo el Premio David de la Unión de Escritores y Artistas -en 1983 con su libro de cuentos "Una muchacha en el andén"- quedó finalista del premio Casa de las Américas -en 1993 con "Las largas horas de la noche"- y fue ganador del V Premio Ciudad de Badajoz en 2002, gracias a su novela "Naufragios".
Su última obra compartió con "Los círculos de noviembre", de Julio Manuel de la Rosa, el LI Premio Ateneo-Ciudad de Valladolid, "bien merecido", según el autor.
Este año publicará un libro de cuentos premiado por el Centro Cultural Generación del 27, de la ciudad española de Málaga. EFE
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