Knef murió a consecuencia de una neumonía, precisó el director de la clínica Heckeshorn. La actriz sufría asimismo un cáncer desde hace años.
La actriz fue considerada una de las grandes figuras del cine alemán, y se dio a conocer en una de las primeras películas de su país alemanas filmadas después de la Segunda Guerra Mundial.
La cinta es Los asesinos están entre nosotros (de 1946), dirigida por Wolfgang Staudte. El filme denunciaba la pasividad de los alemanes frente al nazismo. Pocos años después, Knef causó escándalo al rodar la primera escena de desnudo del cine alemán en La pecadora (1951), de Willi Forst.
Rodó también en Hollywood, donde su mayor éxito fue Las nieves del Kilimanjaro (1952), junto a Gregory Peck.
Tras cambiar su nombre por el de Hildegarde Neff, la actriz se dedicó a la canción, abandonando la pantalla grande por los escenarios.