Por Namir Subhi
Bagdad, 12 oct (EFE).- El gran ayatolá Ali al-Sistani, máxima autoridad del Chiismo en Irak, ha instado a los iraquíes a participar en las elecciones generales previstas para finales de enero del próximo año.
En una "fatwa" (dictámen religioso con carácter de ley) divulgada en la ciudad santa de Nayaf, el anciano clérigo recomendó a todos los iraquíes que se registren en los centros electorales que se abrirán para tal efecto.
"Los comicios deben celebrarse en la fecha establecida, y deben ser libres y limpios", agregó Al-Sistani, cuya palabra es sinónimo de mandato para millones de chiíes en todo Irak.
El clérigo, que tuvo que ser hospitalizado en Londres el pasado mes de agosto debido a un problema cardiovascular, ya respaldó la consulta electoral a principios de año, después de arduas negociaciones con el previo Consejo Provisional de Gobierno, las tropas de ocupación y representantes de la ONU.
Al-Sistani se comprometió a apoyar un proceso al que en un principio se oponía después de que se aceptara, en parte, su deseo de que se realizara bajo la premisa "un hombre, un voto", que casi le garantizaría la victoria a los chiíes, ya que suponen el 58 por ciento de la población iraquí.
La posición del viejo ayatolá es frontalmente opuesta a la del joven clérigo rebelde chií Muqtada al-Sadr, al que también respetan con veneración millones de chiíes en Irak, en especial los más pobres y desheredados.
Al-Sadr, opuesto a la presencia de las tropas de EEUU en Irak, dejó entrever, semanas atrás, durante una entrevista con el canal chií libanés "Al-Manar", que podría boicotear un proceso que en su opinión "beneficia las ambiciones de EEUU y no los intereses de los iraquíes".
El joven clérigo, nieto de un reputado ayatolá supuestamente asesinado por el régimen del derrocado Sadam Husein en 1999, lideró el pasado agosto una insurrección que causó cientos de muertos y puso en jaque a las fuerzas estadounidenses y el Gobierno interino.
La fatwa de Al-Sistani se hace pública en medio de voces iraquíes y estadounidenses que advierten de que los comicios podrían no celebrarse o quedar distorsionados si persiste la violencia que sacude el país casi a diario.
Esa violencia ya ha conseguido que se deseche la posibilidad de realizar un censo entre la población, y que en principio se haya optado por las antiguas cartillas de racionamiento del depuesto régimen para documentar a los votantes.
Asimismo, todavía no se ha establecido cómo serán las listas de candidatos.
El líder de la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), Abdel Aziz al-Hakim, sugirió hoy que los grupos iraquíes deberían presentar una única lista en la que se incluyeran tanto suníes como chiíes, kurdos, cristianos y demás etnias y religiones que componen el mosaico de Irak.
La polémica electoral navega en medio del proceso de entrega de armas emprendido el lunes por los milicianos del "Ejército del Mahdi", fieles al clérigo rebelde Muqtada al-Sadr, en el marco de un acuerdo alcanzado la semana pasada con el Gobierno interino.
La entrega de armamento se encuadra dentro de un plan global más ambicioso lanzado por el Ejecutivo de transición para tratar de erradicar la violencia en el país y recuperar el control de puntos rebeldes de cara a las elecciones de enero.
Una de esas zonas es el barrio bagdadí "Ciudad al-Sadr", feudo capitalino del joven clérigo.
Allí, desde hace dos días, los milicianos entregan las armas a la Policía iraquí, y a cambio reciben dinero, en un tipo de acuerdo que pretende ser ejemplo para otras áreas insurgentes en todo el país. EFE
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