Primero fue la lambada, luego llegó el carrapicho; la botella no se quedó atrás, y ahora, el E o tchan nos pone a bailar al mejor estilo de los sensuales ritmos brasileños.
Desde hace algunos días, la contagiosa pieza no deja de sonar en las radios, y los diferentes pasos que marcan su ritmo son motivo de aprendizaje casi obligatorio.
Originario de Salvador, capital de la provincia de Bahía (Brasil), el E o tchan tiene sus inicios en 1996, cuando la banda del mismo nombre combinó la samba con el pagode (variación de la primera con un ritmo más pausado), y a la mezcla resultante le añadió un poco de música africana.
A diferencia de otras canciones que solo buscan promover un ritmo e imponer una coreografía, el tema E o tchan propone un mensaje claro: protegerse del sida y otras enfermedades de transmisión sexual.
El álbum, que lleva el mismo nombre, lleva 2,5 millones de copias vendidas en Brasil, y en Argentina, Chile y Uruguay, ya logró alcanzar el Disco de Platino. Incluso, el grupo se presentó con mucho éxito en el último Festival de Viña del Mar.
Esta es la segunda producción discográfica de la banda, integrada por los cantantes Beto Jamaica y Washington Silva, acompañados por ocho músicos.
A estos se suman los bailarines Carla Peres, Debora Brasil y Edson Gomes, encargados de las coreografías del exótico baile.