DPA. Hamburgo. Los fabricantes europeos de aviones coinciden y la poderosa competencia en Estados Unidos ha aceptado la realidad a regañadientes: el proyecto Airbus A3XX, a un costo de $10.700 millones ya es una realidad.
La dirección del consorcio dio luz verde este martes para el inicio de la fabricación del megaavión.
Los socios europeos han invertido ya más de $1.000 millones (¢318.000 millones) y eso indica que prácticamente ya no se puede dar de nuevo marcha atrás. Si bien los trabajos llevan un retraso de un año y medio, este hecho parece no interesar en gran medida a los fabricantes del Airbus en Toulouse y Hamburgo.
El no tan inesperado retraso no le vino del todo mal a los ejecutores del proyecto, por cuanto permitió esperar tranquilamente el descenlace de la denominada crisis asiática. Actualmente las poderosas aerolíneas del Cercano y Lejano Oriente, que de facto apoyan el proyecto, están nuevamente sobre bases financieras sólidas y están cumpliendo con el papel de marcapasos en el mercado mundial.
Qantas, Singapore Airlines y Emirates han formalizado ya sus pedidos del A3XX y solo es una cuestión de tiempo que otras líneas competidoras encarguen en firme el gigantesco avión.
Crece demanda
El tráfico aéreo en la región Asia-Pacífico crecerá en los próximos años en aproxidamente un 6 por ciento, el más fuerte de todas las regiones y, por lo tanto, también habrá demanda de aviones nuevos.
Los fabricantes estiman que en los próximos 20 años el 42 por ciento de los aviones de gran capacidad serán encargados por empresas de dicha región.
En Toulouse, la sede central de Airbus, se habló siempre de la necesidad de 50 pedidos en firme para comenzar a construir el superavión de dos pisos y capacidad de entre 550 y 700 pasajeros.
A pesar de que el programa aún lucía nebuloso a principios de mes, el propio presidente de Airbus, el siempre cauteloso ejecutivo francés, Noel Forgeard, ya había dejado entrever que el programa iba arrancar en diciembre, lo que fue corroborado también por Mike Turner, jefe de planificación de British Aerospace, uno de los socios del consorcio Airbus.
El motivo es muy lógico y sencillo. Si bien hasta el momento solo hay 44 pedidos en firme y 36 opciones de cinco empresas clientes, la realidad es mucho más optimista. Johan Leahy, vicepresidente de Airbus confirmó recientemente que la renombrada compañía Emirates incrementará su pedido en firme en otras tres unidades. Hasta ahora confirmó el pedido de cinco aviones para pasajeros y dos aviones para carga y concretó además cinco opciones.
Lufthansa... cautelosa
Juergen Weber, presidente de la compañía alemana Lufthansa, mucho más ligada al proyecto a través de sus ingenieros y técnicos que otras aerolíneas, ha indicado ya que a mediano plazo también incorporará a su flota el A3XX.
La línea alemana decidió esperar que el nuevo avión entre en servicio y supere primeramente sus "enfermedades de infancia".
Recientemente Weber admitió que ya ahora Lufthansa podría emplear sin ningún problema unas ocho unidades del superavión.
Es solo una cuestión de tiempo hasta que otras empresas formalicen sus pedidos. De momento han sido aclarados ya cuestiones previas de vital importancia como, por ejemplo, el precio, que, de acuerdo con los cálculos actuales, será de unos $248 millopor unidad.
Sobre las nubes
El vuelo de bautizo del A3XX está previsto para fines del 2004 o principios del 2005, mientras que la entrega de la primera máquina está programada para el 2006.
Luego, a partir del 2008, Airbus tiene previsto fabricar cuatro unidades por mes.
De acuerdo con los cálculos, Airbus entrará en la zona de ganancias, el denominado Breakeven, cuando haya salido de fábrica el ejemplar número 250 del gigantesco avión tetrareactor.