El virus del tipo “Norwalk” o “Norovirus”, agente infeccioso de gran transmisibilidad, pertenece a la familia “Calcivirus”, cuya distribución es mundial y afecta a todos los grupos de edad. Los seres humanos son el único reservorio conocido; es decir, no se localiza en las heces de los animales.
En los países industrializados, la transmisión de esta patología suele asociarse al consumo de mariscos crudos, mientras que en las naciones subdesarrolladas está vinculada al consumo de agua y alimentos contaminados, además de la vía fecal-oral y por contacto con el aire contaminado.
Se le ha identificado precisamente como el agente causal más común de brotes de gastroenteritis no bacteriana.
La patología que provoca es considerada entre leve o moderada, de curso limitado, con síntomas clínicos como náuseas, vómito, dolor abdominal, fiebre (37,5°C a 38,5°C), malestar general y diarrea; estos síntomas duran de 24 a 48 horas y afectan aproximadamente al 40% de los pacientes.
Los avances científicos permiten identificar este virus en las heces, ya sea en forma directa por observación de frotis de materia fecal a través de microscopía electrónica, e indirectamente por técnicas de radioinmunoanálisis y otras.
Casos en el país. En Costa Rica, durante los últimos brotes provocados por el consumo de mariscos y agua para consumo humano contaminados (en al menos 2 acueductos municipales, un restaurante y un hotel costero de 5 estrellas), los microbiólogos de Inciensa lograron identificar el “Norovirus” en las heces de los pacientes. Este tipo de virus, al igual que otros, presentan mayor resistencia a la cloración del agua que la Escherichia coli; por esta razón, la ausencia de este indicador clásico de contaminación fecal, en el agua para consumo humano o el agua recreativa de una piscina, no descarta estos medios como canales de transmisión del patógeno.
Otro detalle muy importante de tomar en consideración, sobre todo en brotes ocurridos en hoteles, es que en algunos reutilizan las aguas residuales “tratadas” para riego de zonas verdes (jardines y canchas de golf), mediante técnicas de riego por aspersión, provocando fómites y aerosoles contaminados que podrían contagiar a los visitantes y trabajadores de estos grandes centros turísticos.
Ante este tipo de brotes diarreicos, los que sin lugar a dudas causan grandes daños a la economía y salud de la población, se recomienda a todos los restaurantes, hoteles y centros recreativos inscribirse en las respectivas categorías del Programa Sello de Calidad Sanitaria, auspiciado por el AyA, con el objetivo de promover el manejo del agua, la higiene y el lavado de manos en sus establecimientos.
Como se observa, nuestro país cuenta con los instrumentos necesarios para aplicar las medidas correctivas y preventivas, que permitan disminuir estos tipos de enfermedades; solamente falta extender su aplicación.