Santiago de Cuba. Tal como solía despedirse en sus presentaciones, con los acordes de su emblemático Chan-Chan , el popular trovador cubano Compay Segundo recibió ayer el último adiós en Santiago de Cuba, su tierra natal.
Francisco Repilado, Compay Segundo, falleció en la madrugada del lunes en La Habana víctima de una insuficiencia renal y, en atención a sus deseos, sus restos se trasladaron a Santiago, donde nació el 18 de noviembre de 1907.
Una multitud acompañó a pie el cortejo fúnebre del artista en un recorrido de unos dos kilómetros, desde la Alcaldía Municipal de la ciudad oriental de Santiago de Cuba, en la que se veló su cuerpo durante toda la noche, hasta el cementerio de Santa Ifigenia, donde fue enterrado en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Durante el sepelio, un coro de voces improvisó sin acompañamiento musical el estribillo de Chan-Chan , uno de los temas más emblemáticos de los cien compuestos por Repilado, y uno de los más aplaudidos en los escenarios por los que se paseó Compay a lo largo de su dilatada carrera.
Salvas y flores
Al paso del cortejo, encabezado por una banda de música, cientos de personas lanzaban flores sobre el coche fúnebre, al que seguían sus familiares más allegados.
Una compañía de las Fuerzas Armadas disparó salvas antes de comenzar la ceremonia en el cementerio, en la que intervino el musicólogo Lino Betancourt, autor de un libro sobre la larga vida de Compay Segundo.
Betancourt destacó la "larga y fructífera" carrera artística del creador de Macusa y Las flores de la vida , y recordó cómo se ganó la simpatía de todo el mundo al hacer gala de su carácter alegre y su particular picardía.
El calor popular que arropó a Compay en su último trayecto contrastó con la ausencia de personalidades destacadas en el sepelio, donde la representación institucional se redujo al nivel de responsables provinciales de cultura, a pesar de que el viejo trovador está considerado ya como una leyenda de la música cubana.