Los dos son como hermanillos: divertidos, imprudentes, impulsivos y no le arrugan la cara al trabajo. Y aunque tienen los cables un poco sueltos, ambos se declaran felices de remate.
Uno se llama Eloy Mora, y el otro, Chico Loco, y tienen rato de hacer mancuerna. Se les ve rondando el Teatro de la Calle 15 los fines de semana, pero según se sabe, también es frecuente encontrarlos en distintas comunidades del país.
¿Qué cómo se conocieron? Les vamos a contar la historia. Chico Loco nació en una obra de teatro que se llamó Sin Censura y que, según cuenta Eloy, no fue a ver ni su propia mamá.
El personaje es una creación conjunta de Eloy y Mauricio Astorga, conocido como Benito Losetodo . (¿Ya ven por dónde va el asunto?)
Pues bien, como la obra apenas estuvo en cartelera mes y medio, al pobre Chico Loco no le quedó más remedio que tirarse a la calle. Eloy lo ayudó a conseguir chamba en El Chinamo de Teletica (2004 y 2005), donde se hizo popular gastándole bromas a la gente despistada con su cámara escondida, y este año volverá a las andadas en este mismo espacio decembrino.
¿Y quién es Eloy Mora? Él dice que es aprendiz de actor, pero la verdad es que ya cumplió 11 años de subirse a las tablas y ahora, con el montaje de Chico Loco , que ya cumplió un año en cartelera, demostró haber alcanzado la experiencia que hace falta para enganchar al público con un monólogo de 90 minutos.
Muchos aún recuerdan a Eloy por su papel de Eddy , el adolescente malcriado hijo de doña Tere en la serie La Pensión. Era 1999 y Eloy alternaba su trabajo televisivo con el teatral, de jueves a domingo, en el teatro Chaplin. Vivía en una pensión de verdad y, aunque suene raro, durante el día se dedicaba a vender empanadas por todo San José. “Era sabroso acercarse a la gente”, dice sonriente y recuerda cómo muchos le compraban por ser “el que salía en tele ”.
Con apenas 18 años de edad, la exposición en un programa tan visto como La Pensión, en un principio le nubló la razón y de pronto comenzó a caminar con aire de ‘vivillo’. Pero eso no duró mucho. “Los compañeros me bajaron de la nube. Me dijeron que cuanto más alto uno sube, más grande es el sopapo ”.
Golpe a golpe. Pero antes de cumplir su gran sueño de llegar a actuar, Eloy Mora, nicoyano de origen y tibaseño por casualidad, aprendió que para lograr las metas, no hay que desmayar.
Por eso, como en la canción Sabinera del Pirata Cojo, le tocó vivir muchas vidas; tantas como los personajes que ha interpretado. Fue misceláneo, empacador de supermercado, bodeguero de tienda, operario de fábrica… aunque lo que añoraba era convertirse en actor.
Por eso, cuando a los 15 años se fue a vivir a La Uruca, tomó el teléfono y comenzar a tocar puertas en todos los teatros josefinos.
Eduardo Zúñiga, director y propietario del teatro Chaplin, lo entrevistó y le dio la oportunidad de trabajar como mandadero, pero cuando supo de su interés por la actuación, de una vez lo sentenció: “Si querés ser actor y no vas a estudiar, te va a costar el doble”. Y dicho y hecho.
De mandadero pasó a hacerse cargo de la soda del teatro, lo cual también implicaba limpiar el inmueble y cuidar los carros de los clientes. Él aprovechaba para observar los ensayos y no se perdía ninguna función.
Cuenta Eloy que en esa época, con 16 años, vivía solo en un cuchitril en La Pitahaya. Comenzó a estudiar teatro con William Esquivel, dueño y director del Arlequín, pero como el dinero no daba, también limpiaba ese teatro para costearse las lecciones.
Poco después de concluir sus estudios en el Arlequín, arrancó oficialmente su carrera. 90210 Colonia Kennedy marcó su debut en setiembre de 1996, y lo hizo con el pie derecho, pues llegó a acumular 338 funciones y la obra se mantuvo dos años en cartelera.
Para trabajar en la obra, Eloy tuvo que dejar el trabajo en la soda y el parqueo. Esto le afectó el bolsillo pues ganaba más sirviendo café y de guachimán , que en su nuevo oficio. Por eso se consiguió otro puesto, como bodeguero.
Luego vinieron más obras: el Full Monty: chingos o nada, fue otro éxito que en su primera versión logró acumular 403 funciones consecutivas.
En el 2003, Eloy dio el salto a la producción de eventos con la compañía Teatro Urbano, junto a Eduardo Zúñiga (escritor) y Andrés Montero en la dirección. Con ellos ha producido obras como Sé infiel y no mires con quién –hizo el papel de marido ‘cornudo’– y Mi mujer es un fontanero , con actores de la talla de Manolo Ruiz y Rosaura Barquero.
Hoy, a sus 28 años, usted lo verá feliz de aquí para allá con su Chico Loco. Viven, actúan y poseen un tipo de locura cuyo efecto es la pura dicha de quienes hacen lo que quieren.
Lo escribió el propio Eloy en su diario de Hi5 . “No soy de escribir en diarios, pero tengo que expresar lo que en este momento pasa en mi vida: ¡absoluta felicidad!”