Washington, 19 jul (EFE).- El presidente de EEUU, George W. Bush, volcó hoy su atención en los problemas económicos del país, mientras los demócratas insistieron en las críticas de que el Gobierno engañó a la opinión pública al justificar la guerra en Irak.
En su discurso radiofónico de los sábados, Bush pidió a los estadounidenses que confíen en que se acercan "tiempos mejores" para la economía, haciendo paréntesis a la crisis por la información falsa de que Irak pretendía comprar uranio en Níger.
"La economía estadounidense se encamina hacia el rumbo correcto y podemos confiar en tiempos mejores por venir", dijo Bush, que ha perdido popularidad en las encuestas de opinión debido en parte a los males económicos del país.
Para aplacar a sus críticos, la Casa Blanca divulgó el viernes parte de un informe secreto de la CIA, de octubre pasado, en el que se aseguró que hay "pruebas convincentes" de que Sadam Husein intentaba reconstruir su programa nuclear.
Ese mismo informe indicó, al pie de un documento del Departamento de Estado, que "las afirmaciones de que Irak intenta comprar uranio en Africa son ...altamente dudosas".
En un discurso sobre el Estado de la Unión de enero pasado, Bush repitió esas acusaciones -basadas en documentos falsos de procedencia desconocida- cuando dijo: "el Gobierno británico ha sabido que Sadam Husein intentó comprar recientemente cantidades significativas de uranio en Africa".
La Administración Bush ha querido distanciarse de esas 16 palabras, para contrarrestar las dudas surgidas por la forma en que EEUU justificó la guerra en Irak.
Estados Unidos, enfocado en frenar la guerra de guerrillas en ese país y agilizar su reconstrucción, no ha ofrecido pruebas que confirmen que Husein había reactivado su programa de armas atómicas.
Antes de la guerra, inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) entrevistaron a científicos nucleares de Irak y tampoco encontraron señales de la existencia de un programa nuclear.
Ahora los demócratas quieren mantener el dedo sobre la llaga. El senador demócrata Carl Levin afirmó hoy que el asunto del uranio "no fue un error involuntario", porque las polémicas declaraciones "fueron negociadas entre funcionarios de la CIA y del Consejo de Seguridad Nacional".
Levin, el demócrata de mayor rango en el Comité de Servicios Armados del Senado, explicó que no se trata simplemente de 16 palabras en un discurso sino de "si funcionarios de la Administración conscientemente tomaron la preocupante decisión de crear una falsa impresión sobre la gravedad e inminencia de la amenaza que representaba Irak para EEUU".
"Mientras no discutamos la objetividad y fiabilidad de los datos de inteligencia antes de la guerra en Irak, habrá escepticismo de las advertencias de nuestro Gobierno sobre futuras amenazas a la seguridad", advirtió Levin.
El senador demócrata Bob Graham afirmó el lunes pasado a la cadena CNN que el Gobierno "se ha caracterizado por una pauta de engaños" desde su comienzo y en ella está la exageración de la amenaza iraquí.
Graham, uno de los nueve precandidatos demócratas a la Presidencia en 2004, coincidió en noviembre con el Gobierno en que Irak poseía armas de exterminio masivo, pero ahora dice que "espero que no me hayan engañado, que no hayan engañado a todos los estadounidenses".
Las críticas de los demócratas, ávidos de retomar las riendas del Gobierno el próximo año, no han llegado muy lejos.
Los republicanos, que dominan el Congreso, han bloqueado varias propuestas demócratas para investigar a fondo los problemas en los servicios de inteligencia. También derrotaron una enmienda del senador Edward Kennedy para que Naciones Unidas y la OTAN tuviesen protagonismo en la reconstrucción de Irak. EFE
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