
Todo arrancó con una espinita. El llamado de un cineasta suizo para que el mundo eligiera sus nuevas siete maravillas nos animó a emprender nuestra quijotada. ¿Y las maravillas de Costa Rica?
¡Claro que las tiene! El nuestro quizá no sea un país de construcciones enormes o milenarias, pero sí de volcanes, montañas, islas y playas, esas “obras naturales” que cada año sorprenden a miles de turistas.
Solo había que elegir siete de ellas, y quién mejor para hacerlo que los habitantes de esta tierra con infinita riqueza natural.
El 8 de julio, un día después de que el mundo conociera sus nuevas maravillas, Proa invitó a los ticos a que se contagiaran del ambiente de fiesta y eligieran sus siete maravillas naturales.
Ese día, hace siete domingos, arrancó el concurso. Un cupón en la página 17 de la revista, motivaba a los lectores para que nominaran los siete lugares del territorio nacional que, a su juicio, ostentan una belleza o un simbolismo especial.
Durante dos semanas, más de 3.000 personas ingresaron a la página web de Proa o llenaron un cupón para enlistar sus sitios favoritos. Con base en las decenas de lugares mencionados, se levantó una lista con los 20 nominados en mayor número de ocasiones.
Ahora, los lectores tendrían que votar por siete de esos 20 parajes para definir las maravillas ganadoras.
A lo largo de cuatro semanas de votación, se recibieron más de 27.000 sufragios por Internet y vía telefónica.
El escrutinio final dejó con mayor número de votos a la Isla del Coco, el volcán Arenal, el cerro Chirripó, río Celeste, los canales de Tortuguero, el volcán Poás y la reserva de Monteverde: ahora, las siete maravillas naturales de Costa Rica.