París. Encarnación de la excentricidad británica, el cantante David Bowie, mistificador astuto para sus detractores, artista en continua renovación para sus admiradores, cumplió 50 años el miércoles anterior.

El músico marcará este medio siglo con la publicación, el 29 de enero, de un nuevo álbum, dos años después de la aparición de Outside, disco que reflejó un nuevo brote de creatividad de este superdotado que sufrió una falta de inspiración durante unos diez años.
David Robert Jones nació el 8 de enero de 1947 en el seno de una familia modesta de Brixton, un barrio popular de Londres.
Bowie (un seudónimo tomado del coronel Bowie, compañero de David Crockett en Fort-Alamo) es el primero en reconocer el desierto artístico que atravesó durante los años 1980.
"Es difícil de admitir, pero hay que ser realista. En los últimos diez años no estuve a la altura", declaró en 1993, al semanario francés Les Inrockuptibles.
Este bloqueo creativo coincidió con el éxito popular que constituyó, en 1983, la aparición del álbum Last Dance. Este disco marcaba la coronación de 20 años de ambición encarnizada para un joven que nunca dudó de él.
"Nunca tuve la menor duda de mi éxito. Sabía que me volvería célebre. Me preparé para esta vida desde muy joven", expresó en 1993, al evocar su pasado.
La trayectoria de Bowie estuvo marcada por su capacidad para asimilar las modas y las corrientes de vanguardia y dar así una versión que gustara a todo el mundo.
Su capacidad para asimilar todas las influencias le valió una reputación de vampiro artístico. "Siempre tuve la sensación de no pertenecer al mundo de la pop music o del rock", declaró este artista proteiforme que tiene también un talento de pintor y una ambición de actor (Furyo de Nagisa Oshima, 1982, en el cine o Baal de Brecht en la televisión inglesa).
Bowie trabaja actualmente con el director de teatro norteamericano Robert Wilson en un proyecto del Festival de Salzburgo, programado para el año 2.000.
Soundscan, instituto norteamericano que estudia las ventas de discos, parece acreditar la apreciación del diario inglés. En 1996, vendió 200.000 álbumes en Estados Unidos contra 338.000 el año precedente.
La carrera comercial del próximo álbum del cantante, que saldrá a la venta dentro de tres semanas, dará la medida de la validez de este juicio.