Demencial fue la acción con que Cho Seung-Hui puso fin a la vida de 32 inocentes en la Universidad Politécnica de Virginia, Estados Unidos. Dantescos, los ríos de sangre que corrieron el lunes pasado en aquel apacible centro de estudios anclado en un pueblo donde “nunca pasaba nada”. Dramáticos al extremo, los testimonios de quienes hoy lloran las absurdas muertes de sus amados hijos, padres, madres, cónyuges, novios...
Este domingo compilamos en nuestro reportaje principal las devastadoras historias de esos que salieron de casa la mañana del 16 de abril sin saber que nunca regresarían... Hoy sus hogares y los de sus parientes y amigos se han cubierto de luto y de rabia.
¿Cómo entender la muerte –peor aún, cómo aceptarla– cuando esta, sencillamente, no debía ocurrir?
Para aliviar la turbación, también hallarán páginas más refrescantes en nuestra edición de hoy: la crónica de un médico aventurero que pasó una noche en las entrañas de la selva amazónica, las imágenes de un espectáculo que funde el fuego con las artes circenses y la música; información sobre un curioso servicio decoaching personal para quienes no logran adherirse con éxito a un programa nutricional para bajar de peso; las muchas (des)ventajas de trabajar junto a su pareja en la oficina...
De vuelta al horror, pienso en quienes mañana recordarán que, hace justamente una semana, tenían vidas felices y apacibles; sueños, proyectos e ilusiones...