Por considerarlo corresponsable del secuestro extorsivo de la alemana Nicola Fleuchaus y la costarricense -de origen suizo- Régula Susana Siegfried, el nicaragüense Julio César Vega Rojas (Julio Loco) fue condenado ayer a 30 años de prisión.
Sin embargo, el Tribunal Superior Tercero Penal, sección segunda de San José, lo absolvió en la otra acusación que enfrentaba: su presunta participación en la toma de la Embajada de Nicaragua en nuestro país. Los jueces tampoco encontraron culpable al otro coimputado, Derbin García García.

Los jueces consideraron que -en este último caso- imperó la duda razonable, producto, básicamente, de una pobre investigación policial. Señalaron que solo hubo dos indicios, los cuales no fueron claros, precisos ni concordantes.
Hicieron referencia a la declaración del coronel Alfonso Ayub -asesor de seguridad en la administración Calderón Fournier (1990-1994)-, quien señaló a Vega Rojas como uno de los supuestos miembros del "Comando Yolaina", que penetró, en marzo de 1993, a la legación nicaragüense. Sin embargo, esa aseveración no fue corroborada con ninguna otra prueba.
La lectura de la sentencia, realizada entre las 3:05 p.m. y las 4:35 p.m., tuvo lugar en una sala abarrotada de periodistas y un ambiente cargado por el calor.
El Tribunal, que una vez concluido el debate deliberó durante una semana, lo integraron los jueces superiores Ligia Arias, Gilberto Corella y Jeanette Villarreal, quien presidió.
El secuestro de Nicola Fleuchaus y Susana Siegfried ocurrió el 1º de enero de 1996, en el hotel Laguna del Lagarto Lodge, en Boca Tapada de Pital, San Carlos.
El cautiverio duró 71 días y finalizó cuando las familias de las rehenes pagaron un rescate de $200.000.
La acción la ejecutó un grupo integrado por cinco nicaragüenses, autodenominado "Comando Viviana Gallardo".
Por otra parte, la toma y retención de personal diplomático en la Embajada nicaragüenses tuvo lugar entre el 8 y el 21 de marzo de 1993. La acción estuvo a cargo del "Comando Yolaina", dirigido por José Manuel Urbina Lara.
Dos de los cinco hombres participantes en esa acción, de acuerdo con las investigaciones policiales, eran Julio Loco y García García, conocido como Urraca.
La crisis se resolvió luego de que el Gobierno de Nicaragua pagó una recompensa de $250.000.
Prueba contundente
En el caso del plagio de Boca Tapada, el Tribunal -en su sentencia- consideró que la prueba contra Vega Rojas fue contundente. Por ejemplo, el haber sido reconocido por las víctimas, pues a los 10 días de secuestro Vega se quitó el pasamontañas.
El Tribunal, asimismo, corroboró que el imputado, además, fue identificado porque utilizó el alias de Talamanca, como lo declararon las ofendidas y lo corroboraron varios de los huéspedes del hotel y un agricultor de nombre Pablo Tela, que circunstancialmente estuvo en uno de los campamentos donde el grupo retuvo a las mujeres.
Vega Rojas fue encontrado culpable, también, porque a la hora de su detención, se le decomisó evidencia muy comprometedora. Entre otra, parte de los dólares marcados para el pago del rescate, artículos robados durante el asalto al hotel y un documento con las direcciones de las dos secuestradas.