De todos los idiomas tal vez no exista uno más privado e íntimo que el idioma del duelo. Tras la aparente frialdad de los obituarios se esconde un mundo de palabras no dichas, o dichas a medias, que esbozan ese relato invisible en el que la muerte se atreve a dialogar con la vida. Adentrarse en Mi libro enterrado, el debut del escritor argentino Mauro Libertella, es acceder a ese espacio privilegiado e íntimo en el que se juega, más que un sentido, el balance de una vida.
“A los 23 él tuvo su primera novela y yo tuve su muerte,” nos cuenta con potente sobriedad la voz que relata la muerte del padre y no podemos dejar de pensar que lo que este bello libro retrata es el traspaso de una herencia literaria.
Aquel legado que, luego de años de batallar contra el alcoholismo, el escritor argentino Héctor Libertella –autor de libros totémicos dentro de la tradición argentina, como lo son El árbol de Sausurre o La arquitectura del fantasma– dejó a su hijo al momento de su muerte. Ese legado que, como el autor bien comprende, se esconde inscrito en su propio apellido y en la imagen que –como el padre solía repetir– allí se sugiere: “Libertella quiere decir libro para la tierra. Ese es el libro que riego todos los días.”
¿Cómo heredar entonces un apellido en el que se esconde la esencia de lo literario? ¿Cómo rendir tributo a ese padre que decidió un día encerrarse en su casa para entregarse al alcohol y desde ese infierno dedicarse únicamente a la literatura? ¿Cómo aceptar la literatura cuando viene atada a la imagen del padre enfermo? A modo de sutil kaddish, a modo de plegaria de despedida, compuesto en un idioma que susurra en público las confidencias más íntimas, Mi libro enterrado responde a estas preguntas con un simple gerundio: escribiendo.
La escritura se convierte, en este libro, en la forma de heredar la memoria del padre y con ella la memoria de la literatura.
Más allá de la historia del autor que un día se refugia en su casa para escribir sus obras completas al amparo del alcohol, más allá del homenaje a uno de los autores centrales de la tradición argentina, esta es la historia de un padre que al final de sus días comprende que lo único que puede dejarle a sus hijos es la pasión por la escritura. Y la historia del hijo que a su vez vislumbra que la muerte del padre es un llamado a retomar la palabra.
“A los 23 él tuvo su primera novela y yo tuve su muerte”, nos cuenta la voz del hijo y, en el proceso de contárnoslo, urde esta primera novela con la que redime al padre repitiéndolo.
“Desde su muerte, entonces, el apellido Libertella vuelve a cero. Yo tendré que encontrar el modo de inventarle un nuevo origen, un relato, para así regar todos los días, a mi modo, el libro para la tierra".
Mi libro enterrado es precisamente ese relato, escrito en el más preciso y bello de los idiomas del duelo.
Un texto íntimo sobre los relatos mediante los cuales llegamos a convivir con nuestra herencia. La historia de dos escritores y una pasión compartida – la literatura – que, más allá de la muerte, los ata a la vida.
- Mi libro enterrado, de Mauro Libertella (México-Argentina, 1983)
- Novela
- 2017
- Los Tres Editores
- A la venta en las librerías Internacional, Buhólica, Duluoz y Andante.