¿Recuerda el primer libro que marcó su vida? Yo pienso en varios de mi niñez, y no puedo imaginar mi existencia sin esas primeras experiencias literarias e ilustradas. Uno de ellos era un gran libro, repleto de acuarelas que flotaban en un vasto espacio blanco, donde un niño aventurero protagonizaba historias en un planeta lejano. No todos los niños y niñas tienen la oportunidad de inspirarse y soñar con las aventuras de su personaje favorito. Sin duda, eso no es algo trivial.
El proceso de lectoescritura es continuo a lo largo de toda la vida. Comienza en el hogar y se enriquece en la escuela, un lugar donde debemos multiplicar nuestras experiencias con los libros. Sin embargo, según el Octavo Informe de la Educación, el 84% de las escuelas públicas no cuentan con bibliotecas. Esta cifra es alarmante y exige una respuesta. Por esta razón, la Universidad de Costa Rica diseñó un proyecto de acción social para apoyar a las escuelas públicas de Guanacaste a superar esta carencia.
El proyecto El Mundo de los Libros, es impulsado por la Editorial de la Universidad de Costa Rica bajo la dirección del profesor M. Sc. Euclides Hernández P. En él han colaborado diversas iniciativas institucionales y ha contado con el respaldo del sector público, privado y la sociedad civil.
Desde 2024, una de sus acciones concretas ha sido la creación de rinconcitos de lectura en escuelas públicas. Los libros se han recolectado gracias a donaciones, con la colaboración del Sistema de Bibliotecas de la UCR. El diseño de estos rinconcitos ha sido realizado por estudiantes de Trabajo Comunal Universitario. Además, el proyecto incluye La Caravana de la Lectura, una iniciativa que organiza ferias del libro, talleres y actividades artísticas en diversos cantones de Guanacaste y en Upala.
¿Qué es un rinconcito de lectura?
Un rinconcito de lectura es un espacio diseñado para fomentar un encuentro lúdico, estimulante y acogedor con el mundo de los libros. Creado especialmente para la niñez, ofrece acceso a literatura infantil y juvenil, así como a juegos que favorecen el aprendizaje. Estos rinconcitos se instalan en áreas de las escuelas destinadas a esta función, aprovechando la infraestructura disponible.
A diferencia de una biblioteca tradicional, un rinconcito de lectura está pensado para despertar el asombro y el disfrute de la lectura. Para ello, se utiliza mobiliario colorido, como alfombras, sillones y libreros, junto con murales que cuentan una narrativa en la que los niños y niñas pueden verse reflejados. Además, brinda la oportunidad de realizar actividades conjuntas entre docentes, estudiantes y padres o madres de familia, tales como lecturas orales y talleres. Los libros disponibles en un rinconcito de lectura son, en su mayoría, de literatura ilustrada y juegos educativos.

Murales públicos
Estudiantes del TCU Apropiación participativa del espacio público por medio del arte apoyan con el diseño y ejecución de los murales. Allí hay estudiantes de la Sede Interuniversitaria de Alajuela y de la Sede Rodrigo Facio, de carreras como Diseño Gráfico, Diseño Plástico, Arquitectura e Historia, entre otras. Gracias a una suerte inesperada, he debido guiar los procesos artísticos de los murales en los rinconcitos de lectura.
Así, para diseñar esos murales, empezamos investigando la cultura, la historia y la geografía de la localidad. Esto permite incluir elementos identitarios para las niñas y los niños. Luego, los muros se distribuyen por equipos de diseño. A partir de bocetos y de discusiones colectivas, se definen los diseños finales, que se presentan a las autoridades de la escuela, para su aprobación.
La temática de los murales tiene como hilo conductor el disfrute de la lectura. Varias estrategias apoyan esto: la resignificación de personajes del mundo de la literatura infantil, la creación de una narrativa donde las infancias son protagonistas y la contextualización de las figuras en paisajes inspirados en las localidades guanacastecas.
“Lograr el balance entre lo fantástico y lo autóctono, manteniendo los libros y la lectura como el eje central, más los elementos compositivos para que el mural fuera agradable de ver, fue todo un desafío; la investigación, los bocetos y luego llegar a pasar el diseño a la pared y ver cómo todo empezaba a cobrar vida, fue un proceso súper enriquecedor como artista”, comenta Eimy Navarro Zeledón, estudiante que aportó su talento en muchos murales realizados.

Hemos pintado numerosas escenas llenas de imaginación. Por ejemplo, un mago que encantó a un armadillo para que pudiera asistir a la escuela; una niña que doma a un dragón mientras le lee un cuento y ambos disfrutan de agua dulce con rosquillas; unos libros enormes, como casas de madera, que invitan a adentrarse en una nueva dimensión; un árbol de la vida donde los niños se reúnen para leer y descubrir su conexión con la naturaleza; un desfile de payasos al ritmo de un niño hábil que toca la marimba; una sirena cuyo cabello, de tanto leer, creció tan largo como una cascada; una lectura familiar acompañada de luciérnagas como invitadas; y un noble jaguar, que hace la siesta arrullado por niñas y niños que lo acarician y le leen poesía.
La Escuela 26 de febrero de 1886, ubicada en la comunidad indígena de Matambú, en Hojancha, tiene un rinconcito de lectura. Una de las artistas, Angie Alvarado Umaña, comenta: “basada en una de las acepciones del significado de “matambú” en lengua chorotega, “amigo jaguar”, decidí diseñar un jaguar gigante con un semblante amable que refleja esa connotación y destaca el simbolismo que tiene en la comunidad”.
A su vez, en la Escuela Dionisio Leal Vallejo, de Tempate, la estudiante Kristhell Castro Cárdenas destacó la cultura santacruceña: “la tradición se entrelaza con los cuentos ya que quizá fueron las hadas quienes enseñaron a los más pequeños el melodioso sonido de la marimba o tiñeron los árboles de flores amarillas, como reflejo de la alegría expresada en la música, las mascaradas y la lectura como una forma de aventura”.
Impacto en escuelas, estudiantes y la comunidad
Hasta la fecha, seis escuelas de Guanacaste y Upala se han beneficiado con un rinconcito de lectura: Escuela Náhuatl en Upala, Escuela Corazón de Jesús en Bagaces, Escuela Arturo Solano Monge en Río Grande de Nicoya, Escuela Dionisio Leal Vallejo en Tempate de Santa Cruz, Escuela de Maquencal en Santa Cecilia de La Cruz, y Escuela Monte Romo en Hojancha.
Los rinconcitos dejan una huella significativa en los ambientes escolares y se extienden hacia los hogares y la comunidad. Breiner Rodríguez Morera, alumno de la Escuela Monte Romo, comparte su experiencia al ver el rinconcito por primera vez: “Sentí alegría, entusiasmo y muchas ganas de leer y aprender. Me gustan los juegos, las sillas son muy cómodas y me siento muy bien aquí”.
La directora de dicha Escuela, Xinia Méndez Cruz, explica que “muchos niños llegan más temprano para aprovechar el tiempo en el rincón, quitarse los zapatos y tirarse a una de las alfombras a leer es para ellos una experiencia diferente. Personas de la comunidad llevan niños y se quedan maravillados observando las paredes y los libros, y no se quieren ir. Es como sumergirse en un cuento, es un lugar lleno de magia”.
Rosita Mairena Lanza, directora de la Escuela de Maquencal, explica: “la población estudiantil ha logrado identificarse tanto con un libro que, al concluir el tiempo en el rinconcito, quieren que llegue el próximo día para devorar las páginas de la historia que están leyendo. El estudiantado ha externado que a casa también llegan a buscar libros. Esto es realmente valioso porque todo se ha generado a partir del rinconcito. Gracias al nuevo catálogo la población estudiantil se ha enriquecido con la cultura guanacasteca, esto evidencia un minucioso trabajo al seleccionar libros que aportan identidad a la comunidad”.

Campaña de recolección de libros infantiles
Compartí tus libros leídos es una campaña que invita a la sociedad costarricense a apoyar este proyecto. Se reciben libros nuevos o usados en perfectas condiciones, en áreas como literatura infantil y juvenil, ciencias, novela gráfica, entre otros, así como juegos educativos. Las donaciones pueden entregarse en cualquiera de las bibliotecas de la Universidad de Costa Rica.
Al inicio de este artículo les conté brevemente sobre los primeros libros que leí en mi vida. Los conservaba como un gran recuerdo, sin embargo, ya no los tengo. ¡Decidí donarlos! Esos libros seguirán vivos en las manos de muchas niñas y niños de Guanacaste.