Ahora le tocó a Grupo Nación, pero mañana puede ser otro grupo de comunicación, otra empresa o algún ciudadano los que encaren el acoso del Gobierno que, arbitrariamente, cerró Parque Viva. El peligro es grave para el Estado de derecho porque, el chavismo se vale de instituciones y funcionarios para cobrar asuntos que debieron resolverse en tribunales.
Si el escarmiento es porque La Nación hizo pública una presunta estructura de financiamiento paralelo en campaña o la sanción del Banco Mundial contra Rodrigo Chaves por acoso sexual, la bronca debió dirimirse en vía judicial, como lo haría un valiente si lo calumnian, no con pseudolegalidades que anuncian el primer paso del «tsunami de destrucción» que pregonó contra La Nación.
Si esta es la primera ola del tsunami, bien, pero que no se use la planilla de funcionarios de la CCSS, MOPT, Dinadeco y Ministerio de Salud —todos financiados por «usted, su mamá, su abuelita y su tío»—, pues, estos empleados públicos deben estar al servicio del país, no como marionetas para apoyar la causa de un presidente que continúa en campaña y aún no aterriza en la gobernanza.
Precisamente, ante su ingobernabilidad, se vuelca a la distracción. La clausura de Parque Viva claramente desvía la atención sobre promesas que, según Chaves, iba a cumplir el 8 de mayo con un lapicero y un decreto, como era reducir los precios de arroz, azúcar, lácteos, medicinas y electricidad. ¿Bajaron? Ninguno. Menos ha resuelto el enredo de revisión técnica, pues estamos a punto de regresar a lo que había en 2002. En dos meses solo ha hablado de traerse abajo contratos de rutas 1 y 27. ¿Logros? Sí, mover piezas para darle a una zona franca acceso a la ruta 1, mientras el reclamo de Parque Viva para conectarse a la 27 está engavetado.
En síntesis. 1. El abrupto cierre de Parque Viva, sin advertencia previa, atenta contra el derecho de defensa. 2. Refleja la verdadera personalidad de un presidente que sigue en campaña. 3. Su «tsunami de destrucción» (y de distracción) se aprovecha de recursos públicos. 4. Y téngalo presente, las marionetas acosan ahora a Grupo Nación con denuncias anónimas, pero mañana puede ser a otros, como usted, como yo.
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