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Día a día conocemos historias de rescatistas de perros y gatos que ayudan a que muchos animalitos salgan de las calles, recuperen su salud y hasta consigan un hogar. Entre estas historias destacan las de Johanna Solano, Miss Costa Rica 2011, y Karina Ramos, Miss Costa Rica 2014, quienes, en medio de su labor, también se enamoraron de unos peluditos y los dejaron en sus casas.
Con sus colas y sus ojos, Orejas y Tommy conquistaron a estas mujeres. Vamos a conocer el trabajo que ellas, sin esperar nada a cambio, realizan casi a diario por el bienestar animal.
Desde pequeñas, ambas han estado rodeadas de animales, han disfrutado del amor de una mascota y se han interesado porque estén con salud y bien cuidados. Sin embargo, los rescates llegaron a ellas por vueltas de la vida, sin pensarlo ni pedirlo.
Johanna Solano y su mascota Orejas
El primer rescate oficial de Johanna Solano sucedió hace unos tres años. Un día, mientras entrenaba ciclismo, se topó a un gatito de al menos dos meses.
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“Me empezó a perseguir, se vino detrás de la bici”, recordó. Se preocupó porque el gato era muy pequeño y parecía perdido, así que regresó por él y lo metió por el portón de la única casa que había cerca, creyendo que era de la familia que vivía ahí.
Sin embargo, el gato volvió a salir y ahí fue cuando pensó que no tenía hogar y que corría el peligro de ser atropellado; entonces, tomó la decisión de llevarlo a su casa. “Me lo metí en la camiseta y lo llevé a mi casa”, contó. El gatito estaba sano y pronto, con los cuidados de Johanna, fue adoptado.
A partir de ahí nació la pasión de esta Miss por rescatar animalitos desamparados.
En ese camino ha ayudado a muchos, pero la historia más reciente y que terminó con Johanna como dueña del rescatado, fue la de Orejas.
Este perro llegó a su vida en agosto del año pasado. Aunque no fue ella quien lo rescató, apenas conoció de su situación, se metió de lleno para ayudar a su recuperación. Un trabajo nada fácil, ya que su salud estaba muy deteriorada, no solo por el abandono, sino porque Orejas nació sin bazo, una condición muy complicada.
Se enteró del caso de Orejas por una de las fundaciones de rescate que sigue y apoya. “Me tocó mucho el corazón por el estado en que se encontraba. Me impactó muchísimo ver cómo tenía su cuerpo, su piel, sus ojitos. Recuerdo que en un ojo tenía gusanos, sus heridas estaban llenas de gusanos y las costillas las tenía salidas”, contó.
Además, Orejas estaba en Uvita, Puntarenas, así que la distancia complicaba la situación. Solano hizo todo lo posible para que alguien fuera a recoger a Orejas y se lo acercara a ella, que estaba en ese momento en Puntarenas.
Al perrito lo llevaron a dos veterinarias para estabilizarlo antes del camino que iba a recorrer para encontrarse con Johanna. Para su dicha, soportó el viaje.
Ya en manos de su rescatista, Orejas recibió todas las atenciones que necesitaba en la veterinaria Doctores Moncada, que siempre ayuda a Johanna en su labor.
“Se me rompió el corazón porque un perro no llega a ese estado de un día para otro, sufre abandono todos los días una y otra vez por parte de todos los que se cruzan con él”, dijo, y aclaró que entiende que muchas veces hay quienes no tienen posibilidades de espacio, tiempo ni recursos económicos para encargarse de estos casos.
Curiosamente, Orejas no llegó solo a la vida de Johanna, venía acompañado por otro perrito que no se le separó desde Uvita, así que también el otro animalito necesitaba ayuda y un nuevo hogar, el cual pronto pudo conseguir y está ahora muy feliz.
Después de exámenes, una operación y muchos cuidados, Orejas fue estabilizado, aunque a veces tiene algunas recaídas. Su cuidado requiere de mucho esmero; hay que bañarlo dos veces a la semana y necesita tomar una pastilla todos los días. Además, es un perro adulto y de tamaño mediano, así que su adopción era difícil, por lo cual ella tomó la decisión de dejarlo en su casa.
Ahora, Orejas está tranquilo y se adapta a su nueva manada, formada por los otros seis perros y un gato.
“Con esta historia lo único que pido es que nos pongamos en las patas de ellos y tener un poquito de compasión. No pueden valerse por sí mismos; lamentablemente están aquí buscando cómo sobrevivir como usted o como yo, con la diferencia de que no pueden hablar, no tienen dinero y la gran mayoría no tiene casa”, concluyó Solano.
Karina Ramos y su perro Tommy
Desde que tiene memoria, Karina Ramos, quien también es empresaria y modelo, ha sido una apasionada por los animales. Su papá, quien ha trabajado como guía de turismo, le inculcó ese amor.
Posiblemente, el primer rescate de Karina fue cuando tenía unos 11 años, cuando sacó a un perro que estaba debajo de una microbús cerca de su casa. Le pidió a su papá que se lo dejaran, pero él le dijo que no podía. Sin embargo, al final, se quedó en casa de ellos y vivió con la familia hasta el año pasado, cuando hubo que dormirlo por una condición médica que no podían solucionar.
Ya en rescates oficiales, Karina ha trabajado mano a mano con la fundación Fuerza Animalia y ahí se entera de muchos casos a los que les da seguimiento y apoyo. “Aceptan casos muy fuertes, muy graves. Admiro mucho el trabajo que hacen porque siempre están muy saturados; entonces cuando tengo la oportunidad, me hago cargo”, manifestó.
En esa labor conoció a Tommy, un perrito atropellado en Coronado. Una muchacha la contactó para contarle sobre la situación y, de inmediato, la modelo se puso en camino al lugar para recoger al perro y llevarlo a una revisión en la veterinaria de los doctores Robert, que la ayudan en los rescates.
“Tenía una fractura escapular y necesitaba una platina hecha a la medida”, contó. Tommy estuvo un tiempo en la veterinaria para su recuperación y había que empezar con el proceso de adopción, aunque al igual que Orejas no iba a ser sencillo.
“No es un cachorro y requiere de muchos cuidados; además, estadísticamente, los perros de color negro son los que menos se adoptan”, afirmó la modelo. Al final, Tommy encontró a su nueva familia: Karina, tres perros y una coneja.
Desde hace un mes y medio, Tommy mueve su cola para todos lados de la contentera.
Como Karina viaja por negocios y trabajo entre México y Costa Rica, Tommy se queda en la casa de una amiga de la modelo, quien también se comprometió a darle cuidados al perrito.
“Además del rescate, también hay que promover la adopción. Sé que muchos quieren un perro cachorrito que juega y es divertido, pero hay otros que necesitan familias que los cuiden. Es valioso dar a conocer que esta es una realidad que viven muchos animales y que, al final, recibir su amor es el pago más grande”, concluyó.
