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Luis Gómez Mora salió de la catedral de San José a las 5:15 a. m. de este sábado hacia la basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, en la Vieja Metrópoli. Además de agua y alcohol para frotarse durante la romería, este cartago camina con la camiseta del cartaginés y lleva su mochila cargada de agradecimiento a la ‘Negrita’ porque le permitió ver a su amado equipo campeón.
Lo encontramos frente a las instalaciones de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), en una ruta llena de decenas de romeros quienes, al igual que Gómez, aprovecharon este fin de semana largo para acudir a la basílica luego de dos años seguidos en que la pandemia impidió realizar esta caminata de fe.
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“Vengo a cumplir una promesa”, dijo mientras sacaba pecho con su camiseta azul, como todo un hincha cartaginés. “Primero, a dar gracias porque Diosito nos tiene a todos bien de salud, y a darle gracias a la Virgen por haber visto a Cartago campeón”, dijo. Tiene 68 años, pero ha pasado los últimos 60, explicó, esperando ese magno acontecimiento.
Según dijo, desde que tiene ocho años está pidiendo ese favor a la Virgen de los Ángeles. Y claro que le pide más campeonatos. “Que no sea solo este. Ya puedo morir tranquilo”, comentó este originario de Taras pero vecino de Zapote, al este de San José, desde hace más de 20 años.
Son decenas las personas que este sábado van en romería hacia Cartago. La familia León Mercado, de Bebedero de San Antonio de Escazú, empezó a caminar desde el Hospital San Juan de Dios, sobre el paseo Colón, a las 5:20 a. m.
“Venimos a darle gracias a Dios por la salud que tenemos, por haber pasado con salud la pandemia, y para seguir adelante. Pidiendo salud y estar unidos con familia”, dijo Aura Mercado.
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Ronald Cervantes Mora camina junto a su esposa, Olga Marta Bonilla Barrantes, y su hijo, Ronald Uriel Cervantes Bonilla, de 7 años. Ellos salieron de Concepción de La Unión a las 8:10 a. m.
“Venimos a pedir por la salud de todos. Yo tengo un desgaste y una operación y camino para que me siga ayudando. Mi hijo tiene autismo, y no habla. Es su primera romería. Venimos a pedirle a ella que lo guíe y nos ayude a nosotros como padres”, comentó Olga Marta.
“La pandemia no nos dejó hacerla. Esta es la primera romería que él hace”, comentó Cervantes Mora mientras tomaban una breve pausa para seguir.
María Nidia Cubero González viaja con un grupo de vecinos Palmares, Sarchí y San Carlos, en Alajuela. Camina descalza desde que salió del paseo Colón, en el centro de San José, a primera hora de la mañana. Lo hace, dijo, por la vocación de sus hijos. Es la primera vez que hace la romería.
Algunos romeros levantaron la voz porque, hasta mediados de esta mañana, el tránsito no había puesto los dispositivos de seguridad para prevenir accidentes en una ruta con alto tráfico vehicular.
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María Nidia Cubero González camina descalza desde el paseo Colón, en San José. Hace la romería con un grupo de vecinos de Sarchí, Palmares y San Carlos. (Keyna Calderón para GN )
Cientos de años de tradición
El 20 de abril, el obispo diocesano de Cartago, monseñor Mario Enrique Quirós Quirós, confirmó que la Iglesia haría preparativos de cara al próximo 2 de agosto y para todas las actividades previas y posteriores a esa fecha.
Esta tradicional caminata solo se ha suspendido tres veces en 238 años de historia. La primera vez fue en el 2009 debido a la pandemia por la gripe AH1N1. En 2020 y 2021, tampoco se pudo realizar debido a la propagación de la covid-19.
El año pasado, el anuncio de la suspensión se hizo en mayo, el mes en que se dio el mayor pico de la tercera ola pandémica, con más muertes y hospitalizaciones asociadas a la circulación de la variante delta del SARS-CoV2 en el territorio nacional.
A pesar de las cancelaciones durante los dos primeros años pandémicos, cientos de romeros se atrevieron a acudir a las inmediaciones de la basílica, que se mantuvo cerrada el primer año o con aforo reducido en el segundo.
Este 2022, las procesiones de Semana Santa también retornaron a las calles en todas las comunidades del país, lo mismo que los aforos en los templos para las actividades religiosas como parte de la flexibilización y eliminación paulatina de medidas de restricción sanitaria ante la reducción de casos de covid-19.
