El Topo: Nicole Carboni, apague y vamonós

Apenas a un par de semanas de su estreno en el Canal Multimedios, el espacio en el que confluyen Maureen Salguero, Cristiana Nassar, Viviana Calderón y Glenda Peraza, Divas pero divinas, la pegó de jonrón el lunes cuando –suponemos que en función del rating, lo cual es totalmente válido– tuvieron como invitada especial a la eterna candidata a Miss Algo, Nicole Carboni, para hablar nada menos que del tema de la envidia. Decimos que el programa se anotó un hit porque, al menos hasta el lunes, muchísima gente declaró en redes que no sabían que existiera ese show, de manera que lograron en horas un posicionamiento que quizá les habría demorado meses en alcanzar.

Eso sí, el tremendo zipizape que se armó tuvo, de momento, un costo emocional altísimo cuando las conductoras tuvieron que vérselas en vivo con las barbaridades que se dejó decir esta muchacha Carboni, aseveraciones totalmente demandables y que por razones obvias, no reproduciremos aquí. Nicole Carboni se ha dado a conocer en el país por cuenta de sus proezas como atleta (eso sí, hace ratillo ya) y por su eterna lucha para hacerse con la corona de Miss C.R.; incluso le hizo ojitos al Miss EE.UU. cuando fue Miss Miami, pero hasta ahí llegó. En realidad, en los últimos tiempos su trascendencia tiene que ver con el grado de polémica que generan sus incendiarias declaraciones. Digamos que su aspiración pareciera ser convertirse en la Niurka criolla (en eso le ayuda mucho su actual acento chicano tirando a tijuanense pero bien norteño ¡qué jue aquel sancocho!).

El problema es que muchos medios nacionales (y estos Topos nos incluimos, mea culpa) hemos seguido dándole pelota de cuando en cuando, aunque no sea una figura vigente en ningún área del quehacer público. En el caso de Divas pero divinas, obviamente se aseguraron un programa candente y, hay que decirlo, le jalaron la lengua… como quien dice, jamás calcularon que a Carboni parece irle de película el apellido, pues lo último que necesita es carbón para soltar la lengua, y de qué manera.

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A Glenda Peraza le faltó (¿o le sobró?) toda la malicia del mundo, pues fue la que toreó a Carboni con preguntas específicas sobre sus sinsabores con el concurso Miss C.R.; cada vez que vemos el video se nos moja la espina dorsal de la congoja, y aquí tenemos que darle todo el crédito a Viviana Calderón, quien dejó de lado su habitual parsimonia e inmediatamente vio que el tren se les había descarrilado y con sutil firmeza frenó la caída libre, al atravesarle el caballo a Nicole, quien por lo visto habría seguido con una letanía de afirmaciones que le habrían provocado un síncope a casi cualquiera… empezando por las divas divinas.

Lo que ocurrió después ya se sabe: Cristiana Nassar abandonó el set con el micrófono guindando y todo, en protesta por las declaraciones de Carboni; Viviana siguió de salvatandas mientras a Glenda, todavía asustada por lo que acababa de pasar, se le acolochaba la lengua y decía cosas como que “aquí somos promujeres” para decir de seguido “bueno, también somos prohombres”, hasta que Maureen Salguero –qué mujer más atinada e inteligente– tomó la palabra y se dirigió a la audiencia para explicar que ni Multimedios ni el programa podían controlar lo que decían los invitados en vivo, ofreció las disculpas del caso e hizo una curaduría muy bien argumentada con miras, a todas luces, de evitar alguna querella contra la empresa.

Esa tarde, mientras medio país hablaba del resbalón de las divas, nos resonó una y 100 veces aquella popular frase, quizá nunca mejor usada que en el caso de Nicole Carboni: Si saben como se pone ¿pa’ qué la invitan?

Y es que, más allá del incidente, hay que poner las barbas en remojo porque no se vale que alguien se dé la licencia de realizar serias aseveraciones públicamente, con afectación directa no solo a los aludidos, sino también a las anfitrionas del espacio y a la empresa. Este incidente no debería banalizarse, los mismos medios debemos echar para el saco y saber a qué atenernos con entrevistados cuya lengua suele ser más peligrosa que barbero con hipo.

Y bueno, la cigüeña y Cupido están “en funcia”, como decían los abuelos. Esta semana la expresentadora, modelo e instructora de yoga, Johanna Ortiz y su esposo Esteban Salazar, compartieron en sus redes la noticia de que van a ser papás. Como suele ocurrir en estos tiempos, ellos esperaron a que el embarazo estuviera más allá de los tres meses para compartir la buena nueva, incluido el sexo y nombre del bebé: es niña y se llamará Aura. La pareja no puede estar más feliz, sobre todo porque ya tienen cuatro años de casados y, según han comentado, Aura llega en un momento muy oportuno, pues ya ellos tuvieron su buen tiempo para disfrutar y acomodarse a su vida de pareja.

Por otra parte, María Teresa Rodríguez, Miss C.R. 2008 y dueña de la franquicia local de Mrs. Universe, destapó lo que parece ser un noviazgo bastante en serio. Sin decir mucho, publicó una foto abrazada con un atractivo muchacho, no conocido en el medio y que, según dedujimos por la etiqueta de la foto en Instagram, se llama Manuel Argüello.

La pareja intercambió frases de esas que revelan cómo el sentimiento está en esa maravillosa etapa de enamoramiento, pelen el ojo nada más a lo que le escribió él: “Me gusta cuando sonríes pero me encanta cuando yo soy la razón”. Diay sí, ya hasta a estos topos nos dieron ganillas de entrarle al amor ¡qué bonito lo bonito!

Como hemos dicho en ocasiones anteriores, nos alegra en demasía el salto gigantesco que ha tenido la producción cinematográfica en el país. Una de las últimas producciones que se estrenará justamente este domingo, es Todos somos Óscar, un proyecto del cantante y productor Tito Oses, quien duró siete años hasta ver su ópera prima terminada.

Esta es la primera vez que una película de Costa Rica y centroamericana debuta en el mítico Gran Teatro Chino, en Hollywood (como referencia del prestigio del lugar, recién el 8 de marzo debutó ahí la última película de Marvel) donde se realiza el Beverly Hills Festival, reconocido encuentro de cine independiente y al cual Todos somos Óscar llega nominada en 10 categorías. Oses es el creador y director del filme, en el que además protagoniza cada una de las tres historias que conforman la película. Estos Topos tuvimos la oportunidad de verla junto a un reducido grupo de invitados, en el Cine Magaly, y hemos de decir que quedamos gratamente sorprendidos al ver a Oses en una faceta de actor que no le conocíamos: sus interpretaciones podrán ser vistas y juzgadas por el público costarricense a partir de su estreno, en junio próximo.

Al mejor mono... qué risa, este jueves el vivazo de Norval Calvo, durante su espacio, Pelando el ojo, quiso hacer una gracia y anunció que iba a llamar en vivo a la modelo Melissa Mora para felicitarla por su boda, prevista para este sábado 6 de abril, la cosa es que Calvo, todo canchón, dijo al escuchar la voz femenina al otro lado de la línea “Hola Melissa, la llamamos en vivo desde Pelando el ojo”.... pero diay resulta que hubo doble dedazo, pues el número estaba equivocado, solo que de casualidad la interlocutora se llamaba Melissa... pero Melissa Montoya. La pobre muchacha estaba más perdida que supositorio en la nariz pero bueno, al final se arregló el malentendido y ellos y nosotros, los oyentes, nos pegamos la vacilada.

En un tema delicado, doloroso pero también provisto de una valentía ejemplar, hace semanas estamos por comentar la forma en que el humorista Opo Marín ha sobrellevado el tremendo duelo tras el súbito fallecimiento de su novia, la hermosa Sherlyn Ramos, muy conocida y querida en el ambiente farandulero. Shey, como la conocíamos, compartió 16 años de su vida como la amada pareja de Opo y se ganó la admiración y el corazón de todos los que la conocimos.

Ella murió el pasado 11 de diciembre por una seria complicación de salud y, desde entonces, Opo ha dado un tremendo ejemplo de fe, resignación y valentía. La ha llorado y la recuerda a cada instante, según nos comparte en sus publicaciones en redes, pero no se dejó vencer y, tras despedir a su adorada, esa misma semana lo vimos trabajando como maestro de ceremonias y desde entonces intenta llevar una vida normal, con mucho trabajo, uno que otro paseo, mucho disfrute con sus hijos y nietos y en fin, aunque la procesión va por dentro, es totalmente admirable verlo incluso en el gimnasio, al que regresó después de mucho tiempo sin ir, con el fin de perder peso y ganar salud. Sabemos que su corazón está resquebrajado, pero la dignidad con la que ha sobrellevado su nueva condición, prácticamente de viudez, es admirable. Gracias gigantes, Opo, por el tremendo ejemplo de amor por la vida.