Joseph Joseph enloqueció de alegría: corrió, festejó y abrazó a jugadores de Alajuelense

A un costado detrás del marco sur del Estadio Alejandro Morera Soto, el presidente de Liga Deportiva Alajuelense, Joseph Joseph, veía los penales desde un ángulo distinto al de la mayoría. Al final, estaba muy feliz y ni siquiera era necesario que lo dijera. Su semblante lo delataba.

Ese dirigente de perfil bajo y que siempre se ve muy sereno en ese instante se había transformado, no tanto como Andrés Carevic, quien hasta se lesionó una mano en medio de todas las emociones que experimentó a la vez en ese partido.

Los nervios y la ansiedad del jerarca rojinegro eran justamente las sensaciones que tenían todos los liguistas en ese instante, porque había mucho en juego. Era el pase a la final de este torneo internacional.

Era mantener intacto el sueño ambicioso de la Liga, de ir por la triple corona en este semestre, recordando que es el único equipo nacional con opciones simultáneas de aspirar al título en la Copa Centroamericana de Concacaf, el Torneo de Copa y el Apertura 2023.

Cada quien vivía a su modo los lanzamientos de penal, con dosis de ilusión y expectativa mezcladas con zozobra y viejos miedos, que parecen ser algo superado. Para la Liga todo es borrón y cuenta nueva, con la firme intención de que sea un adiós definitivo a esos fantasmas del pasado.

La gran mayoría eran liguistas, pero también había unos cuantos heredianos que pudieron ver el partido sin problema alguno en el Estadio Alejandro Morera Soto.

Muy pocos aficionados se quedaron sentados. En realidad, prácticamente todos estaban de pie, con el corazón en la mano, pero creyendo que se podía. Eso sucedía en la gradas, pero dentro de la cancha era momento de concentración máxima, con mente fría y corazón caliente.

Mientras que algunos directivos se quedaron por el sector sureste y algunos preferían ni ver los lanzamientos por tensión o hasta por cábala, en el otro extremo estaba Joseph Joseph.

No llegó de momento a ese sitio, es que en realidad ese es su lugar predilecto en La Catedral.

Posiblemente, cualquiera se imaginaría que el presidente de la Liga ve los juegos desde un palco del Morera Soto. No es así, porque a él le gusta reír y sufrir desde la propia cancha, ahí, casi atrás de un marco.

Con los nervios de punta, pero creyendo en el trabajo de los jugadores, en el de Andrés Carevic y en su cuerpo técnico, algo le decía a Joseph Joseph que todo iba a salir bien esta vez.

Sabía que aunque el plan no era que la serie se resolviera a través de esa vía, como era una de las posibilidades, en Alajuelense estaban listos para todo, incluidos los penales.

La tanda empezó de la mejor forma para la Liga, cuando Leonel Moreira le desvió el lanzamiento a Juan Miguel Basulto.

Después de eso, todas las ejecuciones terminaron en la red, con aciertos de Johan Venegas, Elías Aguilar, Michael Barrantes, Everardo Rubio, Giancarlo González, Jesús Godínez, Alexis Gamboa, Fernán Faerron y Joel Campbell.

Por cierto que el último lanzamiento generó mucha polémica, porque Aarón Cruz y demás integrantes de Herediano reclamaban un doble toque del 12 de Alajuelense.

Sin embargo, al ver la repetición en las tomas televisivas queda claro que en esto el cuestionado central mexicano Víctor Cáceres no se equivocó. La ejecución de Campbell fue correcta, sin doble toque.

Todo se acabó y los jugadores de Alajuelense que estaban en el centro de la cancha corrieron para festejar con Campbell y como Moreira; mientras que el Morera Soto se convertía en una locura.

La euforia se apoderó de Joseph Joseph, quien también corrió para celebrar con los jugadores, como quedó plasmado en el lente de José Morelli en una fotografía que dice más que mil palabras. Ahí está el jerarca, saltando de emoción y abrazándose con Giancarlo González y Michael Barrantes.

En medio de la algarabía y la fiesta rojinegra hubo algunos encontronazos, pero eran más los jugadores que querían que no pasara a más, que los que provocaban.

Otros optaron por simplemente disfrutar de ese momento cargado de algarabía con la afición, como se le vio al propio Andrés Carevic.

Pasó de todo en el Morera Soto, una noche mágica en la que hasta Joseph Joseph desbordado de emoción reflejaba el sentir de cada liguista en ese instante.

Más imágenes de una noche mágica en el Morera Soto

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