Aunque se quisiera, el arte no es accesible para todos y pagar un boleto para ver una presentación de nivel mundial, no es posible para familias de recursos limitados.
El ballet clásico El lago de los cisnes, obra conocida mundialmente, se presenta este fin de semana en Costa Rica y la mañana de este viernes 9 de noviembre, 435 niños y adolescentes presenciaron el show completo de manera gratuita. Ellos nunca habían visto ballet, había otros que tampoco conocían el teatro.
Valeria García, de 12 años, es estudiante de la escuela Finca Guararí, en Guararí de Heredia. Durante las dos horas de presentación se mantuvo embelesada ante lo que sus curiosos y resplandecientes ojos miraban: en escenario veía maravillosos pasos de ballet, los trajes de los bailarines la tenían fascinada, pues antes supo que todo en la escenografía estaba ambientado en 1877 cuando la obra se puso en escena por primera vez.
“Me ha parecido muy bonito. Me he asombrado cuando el príncipe ha querido cazar a los cisnes”, contó la estudiante de sexto grado, quien dice que en estos días de huelga sí ha tenido clases.
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En cuatro actos, los niños se mantuvieron expectantes y curiosos con el sonido clásico de la obra musicalizada por Piotr Ilich Chaikovski en el siglo XIX. Algunos se salían de sus sillas para sentir que estaban más cerca de los personajes. Otros mantenían su mirada tan abierta como fuera posible y algunas de las caritas permanecían boquiabiertas.
En los ojos de los niños, esta historia fantasiosa cuenta que un príncipe llega a sus 18 años y su madre le ordena casarse. Él no lo desea y su amigo bufón le lleva de caza por el bosque, lugar en el que da con un lago mágico en el que se encuentran cisnes encantados, quienes en realidad son princesas que fueron embrujadas por un malvado villano y que pueden ser salvadas solamente por amor verdadero.
En su travesía, el príncipe conoce a Odile, una encantadora cisne de color blanco y se enamora de ella.
En otro de sus engaños, el brujo acude a la fiesta en la que el príncipe debe elegir esposa, lleva a su hija disfrazada de Odile pero convertida en la malvada cisne de color negro, quien sonríe malévolamente y evidencia al publico que no es un ser de bien. Ante esa aparición, los pequeños mostraron su asombro de una manera muy silenciosa, pues acataron la regla de que no se debe hacer ruido en el teatro.
“Esta historia me demuestra que siempre hay mal, pero lo cierto es que el amor siempre triunfa”, susurraban dos señoritas que estaban complacidas viendo el desenlace de la obra.
Angélica Vargas, de 16 años, salió con sus compañeros de colegio a las 7 a. m., del Liceo de Tarrazú, ubicado en la zona de los Santos. Esta joven vio ballet por primera vez y en sus expresiones irradiaba el asombro. Ella es bailarina de folclor en su centro educativo y estaba encantada con El lago de los cisnes por la perfecta sincronía que hallaba en los bailarines.
“Son muchos quienes están bailando y me parece demasiado chiva”, contó Vargas, quien llegó con sus compañeros luego de que la profesora de español Giselle Retana solicitara al Ministerio de Educación Pública un espacio para sus alumnos.
Entre los cientos de asistentes se veía uno que otro bostezo y en algunos casos, hasta cabeceos. Las dos horas de ballet no fueron asimiladas por todos los chicos, en especial por quienes venían de lugares lejanos.
“Me ha parecido muy lindo todo, pero también estoy un poquito aburrida”, dijo una niña a su compañera de escuela.
Viviana Clare, directora ejecutiva del Ballet Nacional de Costa Rica, y promotora de la actividad cultural, dijo que con este tipo de iniciativas quieren hacer de la cultura algo inclusivo.
“El arte es caro y se nos queda por fuera una población muy alta. El arte debe ser inclusivo. Hoy invitamos a niños que en unos casos vienen de zonas alejadas y otros que son de recursos limitados. Esta puesta en escena se presentó todo el espectáculo y estuvo el grupo de bailarines internacionales que vinieron de Cuba y Panamá; además de los integrantes del Ballet Nacional de Costa Rica”, contó Clare.
Al finalizar El lago de los cisnes, los niños se retiraron con sonrisas y miradas de complicidad, quizá en su mente llevaban adherida la ilusión de volver a disfrutar de la obra, pero esta vez estando en escena como un bailarín o bailarina.
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Los asistentes fueron seleccionados de los centros educativos: José Martí, República de Cuba, Escuela de Cipreses, Liceo de Tarrazú, Liceo San Isidro de Heredia, Hogar Siembra, Escuela Enrique Strachan, Liceo de Santa Ana, Escuela Finca Guararí y Escuela José María Castro Madriz.
Este espectáculo se presentará del 9 al 11 de noviembre en el Teatro Nacional. El viernes y sábado la función será a las 8 p. m. y el domingo habrá doble función: a las 11 a. m. y a las 5 p. m. Las entradas se pueden adquirir en eticket.cr y los precios van desde los ¢18.000 hasta los ¢45.000, según la localidad. También se pueden conseguir llamando al 2295-9400.