Un total de 38 años de prisión dictó la tarde de este lunes el Tribunal Penal de Sarapiquí contra cinco sujetos que el 12 de octubre del 2020 mataron de 21 balazos a Randall Jesús Rojas Soto, guarda de seguridad de la agencia del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) en Río Frío, Horquetas de Sarapiquí.
De igual forma, el Tribunal ordenó el pago de ¢164 millones, como acción civil resarcitoria por los daños y perjuicios que su esposa y familiares afrontaron por el asesinato de Rojas, de 24 años, quien laboraba para la empresa Grupo Corporativo Alfa, que daba seguridad al banco.
Los sentenciados son de apellidos Gómez Céspedes, Rodríguez Céspedes, Serrano Cerdas, Velásquez Pérez y González Solís, quienes fueron detenidos por la Fuerza Pública poco después de que huyeron tras intentar asaltar el banco y luego de haber asesinado al vigilante, de 24 años.
La sentencia estuvo a cargo de los jueces Manuel Fallas Rojas, Henry Segura Hernández y José Campos Jimenez y se desarrolló en los Tribunales de Goicoechea.
La Fiscalía de Sarapiquí solicitó el 23 de febrero pasado 42 años de prisión para cada uno de los cinco imputados en ese juicio, que fue suspendido al menos ocho veces por diversos motivos.
Igual pena solicitó la abogada Mariela Brenes Carballo, representante de Gisella Rebeca Marín Castro, la compañera sentimental del fallecido, quien tiene 22 años.
Brenes también había pedido más de ¢160 millones como acción civil resarcitoria al Banco Nacional y el grupo Alfa pues sostuvo que al guarda asesinado en ningún momento le dieron chaleco antibalas y, además, era el único oficial a cargo de la seguridad bancaria el día del tiroteo.
Un agente desprotegido
En relación con la sentencia Brenes afirmó sentirse satisfecha, lo mismo que su colega y también querellante y actor civil Oscar Villanave. “En la parte penal consideramos que los 38 años dictados constituyen una pena alta y en la parte civil se acogieron las pretensiones en su totalidad y lo más importante es que esto crea un precedente pues se valoró que el guarda no tenía implementos de protección”, dijo la abogada.
Explicó que en este momento muchos guardas podrían estar sin los implementos necesarios y sin un lugar adecuado que les permita afrontar una situación de asalto como la que cobró la vida de Rojas Soto. Añadió que esta sentencia marca un precedente y llama a las empresas a considerar esas situaciones.
El frustrado intento de asalto ocurrió a las 9:15 a. m. cuando los sentenciados Gómez y Rodríguez se presentaron a esa sucursal simulando ser clientes. Una vez dentro del local, le avisaron al resto de sospechosos que solo había un guarda de seguridad, por lo que los otros sospechosos llegaron a la puerta y empezaron a disparar contra el oficial, quien recibió los balazos en la cabeza, tórax, abdomen, dorso, brazos y pierna izquierda.
Aún con vida, el guarda fue llevado a la clínica local, donde fue declarado fallecido poco después de su ingreso.
Al final, los delincuentes no pudieron concretar el atraco porque alguien activó una alarma y se bloquearon las puertas de las bóvedas. Ante la confusión, los homicidas resolvieron huir sin apoderarse del dinero.
Con los sentenciados este lunes también cayó un menor de 17 años, de apellido Villalobos, quien ya descuenta prisión, tras acogerse a un proceso especial abreviado.