Rompió el récord nacional y centroamericano de 10.000 metros en pista, anteriormente estableció nueva marca de 10 km ruta y va tras el mejor tiempo de una tica en maratón, hoy en manos de Gabriela Traña.
Pese a eso, y su evidente mejoría año con año, la alajuelense Diana Bogantes evita autonombrarse como atleta élite.
“Me sigo considerando amateur por dos razones: no soy profesional en atletismo (es decir, no vive del deporte) y lo otro es que soy muy estricta de lo que considero una atleta élite, y mis tiempos no los considero élite”.
Con la etiqueta de élite o no, lo cierto es que los tiempos de Bogantes hablan por sí solos.
Durante mucho tiempo le ha costado creer que podía pasar de ser una deportista aficionada a representar a Costa Rica como seleccionada nacional o incluso aspirar a unos Juegos Olímpicos.
Quienes sí tuvieron seguridad fueron sus entrenadores, Adrián Romero y Sebastián Castro. Por eso decidieron hacer cambios significativos en la preparación de la corredora de 32 años y los resultados empezaron a mostrarse.
Diana llegó al equipo Umbali Running en 2012, pero no fue hasta hace dos años cuando se dio ese giro en su preparación, pasando a un enfoque más individual y no grupal, como sucede en los clubes de atletismo.
“De esa forma ya le controlo todo, hasta si corre un entrenamiento habiendo comido o no, le manejo el volumen de manera milimétrica, se le pone un nivel de detalle mucho más alto de lo que tenía antes y de ahí, el brinco”, explica Romero, quien se encarga al 100% de los entrenamientos de la atleta.
Actualmente, el mejor crono de Bogantes en su especialidad, maratón, es de 2:42:45, el cual consiguió en la Maratón de Chicago de 2019. En ese entonces, sin saber que las marcas para los Juegos Olímpicos bajarían considerablemente, ir a Tokio era una opción.
El panorama cambió después, pero la meta tan solo se atrasó. Romero está completamente seguro que el techo de Bogantes está lejos.
“Va a seguir mejorando (...), perfectamente está para bajar el 2:38 de Gabriela Traña. Tiene las condiciones para romper cualquier récord de cinco mil para arriba, diez mil, media, maratón”.
Traña es la última referente del atletismo tico de larga distancia. Su 2:38:22, impuesto en 2011, es el récord nacional y centroamericano de los 42,195 kilómetros, un tiempo al que ahora apunta Bogantes.
Pero ya la informática de profesión se encargó de superar a Traña en dos pruebas: 10 km de ruta y 10.000 en pista.
En enero de 2020 hizo 34:52 durante la Candelaria, dejando atrás los 35 minutos y 14 segundos de Traña.
Mientras en pista acabó con el récord centroamericano de 36:10:54, el cual impuso Gabriela 16 años antes. Diana registró 34:35:74 el pasado 27 de junio, durante el Campeonato Nacional de Atletismo.
Esa era apenas su segunda carrera en dicha modalidad y la primera la había corrido unas semanas atrás (30 de mayo) durante el Campeonato Nacional, donde también enterró un crono de 30 años, en manos de Vilma Peña (35:06:98). Diana paró el cronómetro en 34:59:75, un resultado que ella misma vislumbraba, “sin sonar engreída”, aclara inmediatamente.
“Si yo estoy buscando un muy buen tiempo en maratón, un 2:30 bajo o un 2:29 alto, aspirando a marca olímpica (para París 2024), tengo que correr un diez mil mucho más rápido de lo que corrí. Era parte del proceso; podría correrlo más rápido”.
Bogantes tiene 32 años y empezó a aventurarse en las maratones a los 24, sin imaginar hasta dónde la llevaría ese viaje.
Lo ideal, y reconoce que lo ha pensado, habría sido iniciarse desde adolescente, quemando procesos, pero eso tampoco es impedimento para sus próximas metas.
“Diana cuando llegó al grupo ya era una corredora talentosa, pero incluso no era la más talentosa. Teníamos en su momento a dos o tres corredoras que eran similares a ella, pero ella sí traía muy buenos tiempos sin un entrenamiento óptimo, hasta que llega y le damos nuestro sistema de entrenamiento, basado en variables fisiológicas que estimulan adaptaciones para un buen rendimiento y ella responde bien”, añade Romero, quien además de entrenador, es fisiólogo y nutricionista.
Las cargas de entrenamiento fueron una de las variables más significativas en la programación de Bogantes.
“El volumen y la exigencia física es muy difícil. Es eso lo que varía mucho (respecto a atletas aficionados), se le manejan cargas muy altas porque tiene capacidad de absorberlas y dirigirlas. No es lo mismo que pedirle eso a alguien que debe dormirse tarde o no tiene sesiones de fisioterapia, o no se alimenta adecuadamente”, añadió.
El próximo reto de Diana será regresar a la distancia de 42 kilómetros, durante la emblemática Maratón de Boston, el próximo 11 de octubre.