Después de dos fechas consecutivas en las que un grupo de aficionados de San Carlos la emprendiera con insultos racistas contra futbolistas de Limón FC, en primera instancia, y luego con Johnny Woodly en el duelo ante la UCR, la dirigencia de San Carlos decidió actuar para erradicar de raíz el problema.
Según confirmó Luis Carlos Chacón, director general de la entidad norteña, en un trabajo conjunto con la Fuerza Pública, la Municipalidad de San Carlos, el club y socios comerciales se identificó a una minoría que tiene esta reprochable actitud.
El dirigente sancarleño no escondió que desde el primer episodio estaban detrás de los responsables; no obstante, hasta ahora es que lograron tener claro a quiénes vetarán de sus partidos como local y las giras oficiales como visitantes.
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“Las fuerzas vivas del cantón, como la Cámara de Comercio, la Fuerza Pública y el club estamos ocupados en erradicar esta minoría de una vez por todas; ellos no seguirán destruyendo el gran trabajo de la institución”, declaró Chacón.
Según Chacón la segunda etapa del plan conlleva reforzar la seguridad en el estadio, para así evitar cualquier tipo de actos de este tipo.
“Ya se han identificado en el estadio a un grupo de 12 a 15 personas que no tendrán acceso al estadio nunca más y el plan de seguridad privado será reforzado para controlar cualquier indicio de este tipo. Como institución lamentamos lo acontecido y generamos las disculpas del caso”, dijo.
El antecedente. El último hecho que se dio fue el domingo pasado entre académicos y sancarleños.
Al final del encuentro, Johnny Woodly se acercó a la gradería para saludar a una familia invitada por él al juego, alzó a un niño en brazos, empero cuando compartía con el pequeño, empezó a escuchar insultos y conforme avanzaron los segundos le hacían como un mono.
“Cuando terminó el partido había una familia en el estadio, yo a ellos los invité porque son amigos míos. Me dirigí hacia donde estaban ellos para alzar al pequeño de cinco años, empecé a hablar con el niño y ahí la gente empezó a decir cosas racistas, palabras ofensivas, el niño se puso a llorar por lo que escuchó, fue en ese momento cuando le di al niño al papá y ahí comencé a reclamar, también escuché los gritos de mono. Para mí fue una indignación total porque no es justo que un niño de 5 años tenga que ver esas cosas”, contó Woodly.
El futbolista de los académicos aclaró que no fue la mayoría de los aficionados, sino un pequeño grupo.
“No es toda la gente de San Carlos, ahí lo que tienen que hacer es identificar y sacar a los que fueron. Nunca me había pasado esto antes en el país y menos con la gente de San Carlos, yo no me lo esperaba de ellos, otras aficiones ya se sabe que lo hacen, pero con los de San Carlos yo les tengo un gran cariño y aprecio”, relató.
Al jugador lo tranquilizó la disculpa que le dio Álvaro Saborío, el domingo por la noche.
“En la noche Álvaro Saborío se comunicó conmigo y me ofreció disculpas por las cosas que pasaron, él me dijo que se siente indignado, él me dijo que iban a erradicar eso con la Junta Directiva. Como él mismo me lo dice es la minoría, la gente de San Carlos sabe que son buenas personas, lo que hicieron ese poquito de malas personas no puede borrar el cariño que siento por el club”, finalizó.
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Posible sanción. Las situaciones de racismo se encuentran reguladas en el artículo 45 del Reglamento Disciplinario de la Fedefútbol.
Según las reglas, a un equipo que sus aficionados cometan esa falla se le sancionará por primera vez con una multa de ¢500.000. Al cuadro norteño ya se le aplicó esta multa, por lo sucedido frente a Limón; no obstante, se le exoneró por aplicar correctamente el protocolo para enfrentar la situación. La norma dice que hay otra posibilidad de exoneración en un mismo torneo, por lo que para esta ocasión también podría aplicar.
Cuando un equipo reincide, vuelve a enfrentar la multa por primera vez, de ser así los del norte se exponen nuevamente a pagar ¢500.000; si vuelven a caer en la falla podrían jugar a puerta cerrada un encuentro.
Nota del editor: Este artículo fue modificado el 9 de abril del 2019 a las 8:58 a. m. para eliminar una fotografía que mostraba a personas que no estaban relacionadas con los insultos racistas a los cuales se refiere la noticia.