La Supercopa del Fútbol Femenino se jugará con público en las graderías este jueves, sin embargo esta decisión se tomó dos días antes del vital encuentro, pese a que se dieron varias reuniones para tratar el tema. Víctor Hugo Alfaro, presidente de la Unión Femenina de Fútbol, confesó en declaraciones a Teletica Radio cuál fue la traba que estuvo a punto de estropear lo que se espera sea una fiesta del balompié femenino con aficionados.
El jerarca explicó que una diferencia provocó en primera instancia que Saprissa, Alajuelense y la Uniffut decidieran hacer ese encuentro a puerta cerrada; ninguno de los actores quería hacerse responsable sobre las pérdidas económicas ante la posibilidad de que no se llenara el aforo permitido para el cotejo: el 25%.
Según Alfaro, tanto Saprissa como Alajuelense querían dividirse las posibles ganancias, pero cuando se preguntó: ¿qué sucede si más bien habían pérdidas?, nadie levantó la mano.
“Tuvimos reuniones importantes y hemos intentado planear el partido, sin embargo hemos estado analizando el tema y tenemos una situación en que no hemos podido ponernos de acuerdo Saprissa, por lo que se decidió jugar a puerta cerrada”, confesó horas antes de que la decisión cambiara.
Seguidamente, el presidente contó que este duelo se realizaría en el Estadio Nacional, pero para hacerlo en la fecha elegida para el mensaje de ‘No agresión a la mujer’, ellos decidieron trasladarlo; empero, el reducto de La Sabana se encuentra ocupado esta semana.
“Desgraciadamente tuvimos que cambiar el escenario porque nosotros lo íbamos a hacer en el Estadio Nacional, pero como lo cambiamos de fecha pues el Nacional estaba ocupado. Se hizo una rifa y Saprissa ganó la sede. Al final poner de acuerdo a dos equipos sobre la forma de jugar el partido, cómo se hará con la taquilla, quién asumirá los gastos si no se hace el dinero necesario... Porque abrir un estadio cuesta mucho dinero. Entonces al final creímos que hacerlo a puerta cerrada era importante y tener la visualización en vivon (en televisión)”, relató.
“Estaba planeado todo. Es más, abrir un estadio nos cuesta $14.000 (¢8,9 millones). Teníamos planeado también lo de la venta de tiquetes, lo que pasa es que no puede ser posible que si hay ganancias los equipos se lo dejen y si hay pérdidas pues sea la liga femenina la que deba asumir todas las pérdidas. En ese sentido nos vamos a hacer cargo del alquiler del estadio Ricardo Saprissa, que tiene un costo de unos $4000 (¢2,6 millones) o $5000 (¢3,2 millones), pero uno tiene que tener responsabilidades con respecto a esta situación. Si al final queremos llegar a un profesionalismo, pues debemos asumir retos y debemos asumir responsabilidades en las cuales podemos ganar o perder”, recalcó, como enviando un mensaje a las instituciones involucradas.
Alfaro insistió en que la Uniffut, como organizadora de la Súpercopa, siempre tuvo en mente costear la operación del juego. Sin embargo, esa versión no compagina con le desacuerdo presentado. Si como organizador del torneo estaban dispuestos a asumir también las potenciales pérdidas, no necesitaban el respaldo de Alajuelense y Saprissa. De hecho, el presidente insistió en que ante la falta de unión para compartir riesgos, jugar a puerta cerrada era una buena opción.
“Esto es responsabilidad de las tres partes. Si la liga del fútbol femenino y los otros equipos en cuestión consideran que no quieren complicarse mucho la vida pues creo que se llegó a un buen acuerdo (jugar a puerta cerrada) y al final se jugará el partido . Todos tenemos que tener una responsabilidad, tenemos que estar claros que una actividad como estas es para lucirse y dar a conocer el fútbol femenino”, finalizó.
La decisión despertó fuertes críticas en redes sociales de parte de las propias jugadoras, quienes no se guardaron nada contra Alfaro, quien habían minizado la importancia de tener aficionados en la Súpercopa.
Se intentó profundizar en el tema, pero Alfaro no respondió a nuestra solicitud. Por el lado de los clubes, Saprissa, en tanto, ante varias preguntas de este medio se limitó a reiterar su apoyo al fútbol femenino y confirmar que finalmente hubo un acuerdo.
“Saprissa es una institución que se ha caracterizado por ser pionera en impulsar el fútbol femenino y luego de una serie de conversaciones se logró llegar a un acuerdo para habilitar el estadio Ricardo Saprissa para que la Súpercopa se jugara con público”.
Precisamente, las palabras de Alfaro pronto perdieron vigencia, porque en horas de la tarde del martes Saprissa y Alajuelense anunciaron que el duelo se jugará con afición. Lo que sí quedó claro es que una diferencia entre la Liga de Fútbol Femenino y ambos equipos, que dudaron si el juego cautivaría a la afición, llevó a pender de un hilo la presencia de afición en la primera Súpercopa Femenina.
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