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30 años después del terremoto de Limón, científicos de la Red Sismológica Nacional descubrieron una nueva zona de subducción bajo la cordillera de Talamanca que justifica la fuerza de aquel sismo que fue el más fuerte del planeta durante ese año.

Esos estudios son vitales para saber cuán fuertes tienen que ser los edificios, puentes y otras construcciones y a cuánta aceleración sísmica se podrían someter en un terremoto, según la zona del territorio.

El sismo ocurrido la noche del domingo se debe a la fricción de montes marinos sobre la placa continental de Cocos que, chocan y se enganchan, bajo la placa Caribe sobre la cual está Costa Rica. Al acumularse suficiente energía por el empuje de ambas placas, una contra otra, el enganche se rompe y la energía liberada se traduce en temblores.