En una conversación el jueves, pasadas las 10 p. m., la destacada escultora costarricense habló no solo de una obra que la enorgullece, como es <em>El retablo de la corte de Carlos Jiménez</em> , sino de un trabajo suyo con el cual es sumamente autocrítica: el Monumento a José Figueres, el cual volvió a la plaza de la Democracia en el 2016 y originalmente se inauguró en 1998 en ese mismo parque capitalino.
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Quizás en Costa Rica nadie ha comprendido con tanta lucidez la envergadura de la tradición retratística como Marisel Jiménez (1947), quien la empleó como punto de partida para la creación de <em>El retablo de la corte de Carlos Jiménez</em> (1993).