La Federación Alianza Evangélica Costarricense (FAEC), voz oficial de la Iglesia Cristiana Evangélica en Costa Rica, emitió un comunicado este viernes para solicitar que ningún partido político haga llamados a su nombre ni se politice la emergencia nacional por el nuevo coronavirus desde los altos poderes.
“Exhortamos a que nadie se atribuya representación que no le corresponde, absteniéndose de hacer llamados y solicitudes que como Alianza Evangélica no estamos pidiendo que se hagan”, señaló la FAEC.
En el documento publicado en Facebook y firmado por el presidente ejecutivo, Rigoberto Vega Alvarado, la Federación Alianza Evangélica Costarricense recalcó que ninguna agrupación política forma parte de su federación.
“Como ya lo hemos dado a conocer oportunamente, ningún partido político es miembro de nuestra Federación y nos vemos en la obligación de aclarar que ningún partido político puede atribuirse ser la voz ni la representación de la iglesia cristiana evangélica”.
“En relación al trato que como institución hemos recibido por parte del señor presidente de la República y el señor ministro de Salud, reiteramos nuestra gratitud por el respeto y la integridad con que hemos sido tratados”, dijo Vega.
Comunicado oficial: La Federación Alianza Evangélica Costarricense es la voz oficial de la Iglesia Evangélica en Costa Rica.
Posted by Federación Alianza Evangélica Costarricense on Friday, April 3, 2020
El 20 de marzo, la FAEC sugirió a sus iglesias abstenerse de realizar actividades para evitar contagios por covid-19 entre sus seguidores.
En este momento, la organización recordó que la gran mayoría de iglesias evangélicas ya habían suspendido reuniones a excepción de “iglesias independientes y ubicadas en áreas rurales de nuestro país”, a las que dirigió la recomendación.
Pelea en el Congreso
Justo un día antes que la Federación Alianza Evangélica Costarricense emitiera este comunicado, varios diputados se enfrascaron en un pleito a causa de reclamos del bloque Nueva República (PNR), por el cierre de una iglesia evangélica en Pérez Zeledón.
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Durante 20 minutos, los legisladores se enzarzaron en dimes y diretes e, incluso, hubo llamados al orden de parte de legisladores que pidieron dejar de usar la palabra para debatir un tema que no se relacionaba con ningún expediente en votación.
El primero que lanzó el reclamo fue Harllan Hoepelman, del PNR, quien dijo que el lunes, en Pérez Zeledón, la Fuerza Pública cerró una iglesia evangélica sin tener ninguna directriz clara para hacerlo.
El reclamo del legislador fabricista se centró en que, en su criterio, las directrices del Poder Ejecutivo y, en particular, del Ministerio de Salud, no dicen claramente que se deban cerrar las iglesias para evitar contagios del covid-19, sino que se prohíben las “actividades religiosas, procesiones de semana santa, actividades, organizaciones o congregaciones en sitios de adoración”.
Apenas Hoepelman soltó el micrófono, María Vita Monge, diputada de la Unidad Social Cristiana (PUSC) de Pérez Zeledón, usó la palabra para debatirle el reclamo al independiente, pues aseguró que en la iglesia evangélica Martillos de Guerra, a la que se refería el fabricista, estaban incumpliendo directrices sanitarias.
“La Policía actuó a derecho. Solo el equipo de músicos de Martillos de Guerra tiene más de 40 personas. No se le puede engañar a la gente de Pérez Zeledón diciendo que ahí había poquitas personas, cuando hay videos y testimonios de que había una cantidad grande de personas, incumpliendo las medidas sanitarias”, dijo la socialcristiana Monge, quien también es evangélica.
Melvin Núñez, de Restauración Nacional y también pastor, apoyó el reclamo de Hoepelman y dijo que las autoridades debían revisar el caso. Apuntó igualmente que las iglesias sirven de albergues y comedores, o para llevar a la población “respuestas que el Gobierno no llega a dar”.
“Hay que remitirse a las pruebas. Lo mejor que pueden hacer los pastores es hacer transmisiones en vivo, seguir haciendo su labor, pero guardando las distancias. La parte pastoral tiene todo mi apoyo”, añadió Núñez.
Ante la maraña de discursos, también la fabricista Ivonne Acuña fue a la carga en apoyo de Hoepelman y en defensa de las iglesias, pues insistió en que el parte policial solo refería que habían 13 personas en la iglesia pezeteña.
“La intervención de mi compañero no fue comprendida, ruego que presten atención. Los lineamientos no están claros, las medidas administrativas hablan de actividades y aglomeraciones, no cierre. Somos respetuosos, pero defendemos el derecho de las personas a estar en la casa y escuchar un mensaje de esperanza”, apuntó.
Al final, el diputado Jonathan Prendas alegó que él ha tenido que coordinar con la ministra interina de la Presidencia, Silvia Lara, para evitar que los mandos medios de Salud y de Fuerza Pública apliquen mal las directrices y dijo que, en Sarapiquí, llegaron las autoridades con órdenes de cierre para iglesias que llevan 15 días con las puertas trancadas.
Estamos claros que no es momento para hacer cultos ni actividades multitudinarias, pero en esta época de crisis el alimento espiritual también es muy importante. Por eso, hacemos un llamado a las autoridades para no cerrar las iglesias.
— Jon Prendas (@jonprendas) April 1, 2020
El 1 de abril, el legislador del bloque Nueva República también se refirió a los cierres de iglesias en su cuenta de Twitter. “Estamos claros que no es momento para hacer cultos ni actividades multitudinarias, pero en esta época de crisis el alimento espiritual también es muy importante. Por eso, hacemos un llamado a las autoridades para no cerrar las iglesias”, escribió.
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