Kiev. AFP. La Unión Europea irrumpió ayer en el pulso entre la oposición y el presidente Víktor Yanukóvich, al anunciar que prepara junto con Estados Unidos un importante programa de asistencia financiera para Ucrania.
Así lo afirmó la representante diplomática de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, en una entrevista periodística.
Según Ashton, la UE y Estados Unidos desarrollan un plan para Ucrania que analiza lo que se haría de ahora en adelante en diferentes sectores de la economía para mejorar la situación actual.
Ashton no anticipó ninguna cantidad precisa, aunque dijo que no será modesta, y señaló como posibles pistas conceder garantías financieras, ayudas a la inversión o brindar apoyo a la divisa nacional.
La oferta les daría a los dirigentes de Kiev una alternativa a la ayuda económica brindada por Moscú , que puso sobre la mesa $15.000 millones en créditos y una reducción del precio del gas. Estos acuerdos se consiguieron después de que en noviembre el Gobierno de Kiev rehusó firmar un acuerdo de asociación con la UE y, en cambio, optó por acercarse a Rusia.
Reticentes. Rusia no reaccionó de inmediato al anuncio, aunque sí lanzó una advertencia a la oposición ucraniana, pidiéndole que renuncie a amenazas y ultimátums.
También le ha pedido que dialogue con las autoridades para sacar al país de la crisis política que vive desde noviembre.
“Rusia está muy preocupada por la aspiración de las fuerzas de oposición ucraniana de hacer que la situación se deteriore más en el país”, puntualizó el Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual recordó que un opositor llamó a crear unidades de autodefensa.
Uno de los líderes opositores que participó en la reunión de seguridad de Múnich, el exministro de Economía Arseni Yatseniuk, expuso el domingo, ante la televisión, las condiciones necesarias para recibir la ayuda occidental.
Yatseniuk citó primero la reforma constitucional, indispensable para que la oposición ucraniana asuma la responsabilidad respecto a los asuntos del país.
Dicha reforma, añadió, debe aprobarla el Parlamento que refrende al nuevo gobierno y legitime a quienes representan la diplomacia ucraniana.
Moscú, que ya ha entregado $3.000 millones de ayuda, advirtió de que la concesión del resto dependerá del signo político del futuro gobierno del país.