El rezago ambiental que vive el país en temas como manejo de aguas residuales ya no es un secreto en el extranjero.
En febrero, las universidades de Yale y Columbia presentaron la última versión de su índice de desempeño ambiental (EPI, por su sigla en inglés), el cual clasifica a los países según su rendimiento en 20 indicadores divididos en nueve categorías y dos grandes temas.
El primero de ellos se conoce como salud ambiental e incluye parámetros de calidad del aire y agua, así como saneamiento. El otro se llama vitalidad de ecosistemas y valora el recurso hídrico, bosques y biodiversidad.
En el 2012, Costa Rica ocupó el quinto lugar. Sin embargo, el EPI incluyó nuevas variables a su versión del 2014 y, por eso, el país cayó al puesto 54.
“Aunque este resultado no puede interpretarse como un deterioro, ya que hubo cambios metodológicos y en los indicadores evaluados, sí demuestra que, conforme se afina el análisis y se examinan nuevas aristas, el desempeño nacional no es tan sobresaliente como se creía”, señala el Vigésimo Informe del Estado de la Nación .
Entre los nuevos indicadores está el manejo de aguas residuales y allí, el desempeño tico es pobre. En el país, solo el 4% de las aguas reciben tratamiento antes de ir a los ríos y por eso, estamos en el puesto 125 de 175.
“Este índice nos apunta la necesidad de tener una perspectiva más integral del ambiente (...). No solo se trata de que Costa Rica puntúe bien en los indicadores de conservación de la biodiversidad y cantidad de áreas protegidas o cobertura forestal. Hay que partir de una visión más general de cómo integrar ser humano y ambiente”, dijo Bernardo Aguilar, director de Fundación Neotrópica, cuando se anunció el EPI.