Arte falso. Según el experto detective de arte robado y falsificaciones Arthur Brand, una tercera parte del arte que se vende en el mercado es falso. En China, el 90% es arte falsificado o de procedencia dudosa. Mucho se debe al vacío legal existente y a la falta de interés en regularlo.
Mi abuela viajó en 1930 a Londres y de regreso se aventuró a comprar un cuadro de arte canadiense. Fue a una galería prestigiosa y segura. La obra, que siempre admirábamos colgada en una pared especial, resultó no ser un valioso tesoro familiar. Tras un análisis minucioso resultó ser una falsificación sin valor alguno excepto por su belleza escénica y su lindo marco. Esto comprueba que desde hace decenios el comercio ilícito de obras de arte era ya un gran negocio.
Quizás, sería interesante mandar el famoso cuadro a una nueva galería en Buenos Aires, Argentina, de obras robadas o falsificadas. ¡Las obras son buenas y es muy visitada!
Es lógico porque, según la Interpol, el mundo del mercado ilícito de pinturas, cerámicas y objetos religiosos es el cuarto que mueve más dinero después del tráfico de drogas, de personas y de armas.
Fausto Pacheco. En Costa Rica, entre otros, los favoritos de los falsificadores son Fausto Pacheco, Teodorico Quirós, Francisco Amighetti, Enrique Echandi y Francisco Zúñiga. Se rumora que muchas obras de nuestros mejores pintores nacionales son reproducidas por bandas criminales para luego ser comercializadas en otros países.
Durante el 2003, una banda sustrajo de varios sitios 60 pinturas valoradas en unos ¢500 millones. Parte de la colección pertenecía al bufete Facio y Cañas. El botín incluía obras de Francisco Amighetti, Paco Zúñiga, Jorge Gallardo y Lola Fernández. Ese ha sido, hasta la fecha, el mayor robo de arte en la historia de Costa Rica.
Han van Meegeren es considerado uno de los más ingeniosos falsificadores de arte. Cuando los críticos de arte despreciaron su trabajo, Van Meegeren demostró su talento falsificando pinturas de algunos de los más famosos artistas internacionales, entre ellos Johannes Vermeer.
Replicó tan bien los estilos y colores de los artistas copiados, que los mejores expertos y críticos de arte de la época consideraron sus pinturas como genuinas. Su falsificación más exitosa fue Los discípulos de Emaús. ¡Esta pintura fue aclamada por algunos de los más importantes expertos de arte como la mejor obra de Vermeer que jamás habían visto!
El autor es empresario.