Han pasado 10 años desde que aquel domingo 4 de octubre del 2009 el mundo perdía una de sus estrellas. Ese día a las 5:15 a. m. murió la gran cantante argentina Mercedes Sosa.
Una enfermedad hepática la envió al hospital, y al cabo de varias semanas, su voz, con la que tantas veces externó su orgullo por ser latinoamericana, se apagó para siempre en el Sanatorio La Trinidad, en Buenos Aires, Argentina.
No había manera de no llorarla: La Negra marcó toda una época en la que su voz fue una de las muchas que se alzó contra la opresión. Durante los años en que las terroríficas dictaduras militares fueron la tónica en buena parte del continente, la música fue su herramienta más poderosa.
“El legado de Mercedes Sosa es incuestionable y por primera vez llevó la tradición vocal latinoamericana al mundo entero gracias a una circunstancia política que había en ese momento. Probablemente si ella hubiera empezado a cantar sin el momento político que se vivía no hubiera tenido el mismo éxito pero tuvo la suerte de que el momento político le diera un lugar importante en el mundo”, dijo la cantautora costarricense Guadalupe Urbina.
‘La Negra’ Sosa nació el 9 de julio de 1935 en San Miguel de Tucumán, al noroeste de Argentina y comenzó su carrera cuando era apenas una niña, cuando interpretó el himno nacional de su país en la escuela a la que asistía.
Ese día sintió miedo, al igual que cada vez que subía al escenario; aunque era un temor que sabía ocultar muy bien y que olvidaba cuando comenzaba a deleitar al público con su voz.
Se sumergía en las letras de las canciones y las hacía propias. Gracias a la vida fue y sigue siendo el mejor ejemplo de ello.
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“Era una mujer valiente, consecuente, políticamente muy clara, se manifestaba en contra de las dictaduras militares, de la injusticia social en Latinoamérica y hace su labor a través de las canciones, es decir, ella va hilando, va tejiendo un discurso político en contra de la injusticia, de la desigualdad social, de la represión, de las miles de latinoamericanos que sufrieron cárcel, tortura, muerte, por causa de las dictaduras militares”, afirmó el músico costarricense Manuel Monestel.
A lo largo de su carrera la artista lanzó 40 discos. El primero de ellos fue La voz de la Zafra, en 1959. Posteriormente Canciones con fundamento, Hermano y Yo no canto por cantar.
Además, en 1969 publicó el álbum Mujeres argentinas, en el que hacía un homenaje a las mujeres de ese país a través de personajes como Juana Azurduy, Alfonsina Storni, y Rosarito Vera.
Su compromiso siempre fue con el género femenino.
“Su talento y compromiso humano hicieron que una mujer como Mercedes Sosa llevara a todas las mujeres de América Latina a una puerta muy grande en el mundo entero. Yo creo que el legado de Mercedes es para todas las mujeres de Latinoamérica, para la tradición vocal latinoamericana, que es de alguna manera una escuela. Ella además cuenta con una calidad literaria enorme. Mercedes fue y es maestra de todas las mujeres de Latinoamérica”, asegura Urbina.
Por otro lado, fue fundadora del Movimiento del Nuevo Cancionero y el movimiento Nueva canción latinoamericana, donde se salía de lo tradicional y abrió paso a la fusión de géneros musicales como rock, pop y tango con el folclore.
Dentro de su carrera también destacaron temas como Todo cambia y Solo le pido a Dios.
Voz de América
Sosa, con sobrados méritos, fue conocida como La voz de América, pues aunque su fuerte fue la música de folclore argentino, era capaz de interpretar desde música brasileña hasta piezas de pop o rock sin ningún problema.
Prueba de ello es que interpretó temas de Luis Spinetta, Charly García y Fito Paez, entre muchos otros.
“Ella tenía una forma de interpretar la música latinoamericana tan directa, tan desde el corazón que logró capturar a gente de latitudes muy lejanas con el sonido de esa voz pero también de integrar a muchas generaciones de latinoamericanos en un momento en que había una situación política en la mayoría de los países vinculada con con las dictaduras entonces se convirtió en un canto por la libertad también en nuestro continente, en una voz continental” afirmó el pianista y exministro de Cultura, Manuel Obregón.
Sosa recogió lo mejor del repertorio latinoamericano durante sus más de 50 años de carrera artística, lo difundió y lo impulsó a toda la región, convirtiéndose en un ejemplo y generando el asombro por su capacidad vocal e interpretativa.
“Impulsó muchas versiones originales de muchas canciones que después quedaron en segundo plano. Ella le daba una fuerza inmensa a las interpretaciones de las canciones que hacía y de alguna manera se convirtió en la manera en que el mundo entendió, conoció, valoró y disfrutó las canciones del gran repertorio latinoamericano”, detalló Monestel.
A lo largo de su carrera Mercedes Sosa ganó seis premios Grammy: cinco por mejor álbum folclórico (2000, 2003, 2006, 2009 y 2011) y uno por su carrera artística en el 2004.
Brillante
Su legado es innegable. A nivel internacional su carrera ha sido una de las más destacadas por la interpretación y pasión de cada uno de los temas a los que le prestaba Mercedes Sosa su privilegiada voz.
Su carrera fue motivo de inspiración para muchos artistas, quienes hasta la fecha la recuerdan como esa mujer que marcó un antes y un después en la música latinoamericana.
“Es una de las voces mas destacadas de Latinoamérica, de todo movimiento, de la nueva canción. Estuvo relacionada a temas políticos y a temas sociales. Yo creo que es la voz de la madre, la voz de muchos que se sentían de alguna manera discriminados. Ella era fuerza en todo sentido, su presencia, su discurso, el magnetismo con el público; ella era como la gran mamá de todos”, comentó el músico costarricense Edín Solís.
El guitarrista de Éditus fue uno de los intérpretes locales que tuvo la oportunidad de compartir escenario con la memorable voz argentina en el año 2000, durante el concierto Tengo un sueño organizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y que se llevó a cabo en Panamá. Solís define esta experiencia como inolvidable.
Al igual que el guitarrista, la cantautora Guadalupe Urbina pudo compartir con la cantante durante un festival en Holanda, donde conversó con ella tras vestidores e incluso le hizo un masaje.
Para Urbina, el simple hecho de estar al lado de la artista por unos minutos fue suficiente para comprender la importancia que Sosa tiene para la música en América Latina.
“Ella brilla con su propia luz, es una estrella que brilla con su propia luz y debería ser inspiración para otros músicos. O sea, su manera de interpretar, sus repertorios tan seleccionados, su enorme capacidad de adaptarse a la transformación con nuevas generaciones, es una mujer que viajó con su propio estilo a muchos compositores de su época y mucho más jóvenes también. Ella pertenece a una tradición vocal latinoamericana y sin duda debe ser emulada permanentemente y recordada y homenajeada”, dijo la compositora costarricense.
Otro artista nacional que estuvo al lado de la cantante argentina fue Manuel Monestel, quien recuerda ese momento como uno de los mejores en su carrera artística.
El encuentro fue en 1978, durante la primera visita que la artista hizo a Costa Rica, para cantar en el Teatro Nacional.
“En cada país ella se reunía con los cantautores y los trovadores; pero cuando vino aquí le dijeron que aquí no habían y nosotros le mandamos una carta al hotel y ella vino a reunirse con nosotros en San Pedro. Estábamos Adrián Goizueta, Rodrigo Salas, Juan Carlos Ureña y pasamos una tarde cantando e intercambiando canciones. Es una experiencia que no voy a olvidar”, recordó.
Pero esa no fue la única ocasión en la que la intérprete vino al país. De hecho, se presentó en Costa Rica en varios oportunidades, por ejemplo, en 1995 ofreció un recital gratuito ante 150 personas en el Centro Nacional de la Cultura (Cenac). Posteriormente cantó en el Palacio de los Deportes el 14 de octubre del 2000.
Su última visita al país fue el 1° de marzo del 2008 en el Palacio de los Deportes, pues aunque tenía previsto un concierto para el 17 de agosto del 2009, el deterioro en su salud le impidió regresar para un último show.
Para los artistas costarricenses, Mercedes Sosa continúa siendo una fuente de inspiración no solo para artistas con trayectoria, sino que también para las nuevas generaciones por su fuerza, su humildad y determinación.
“Ella tiene vigencia y mucha gente está pendiente de lo que se hizo hace muchos años y los jóvenes están escuchando estas versiones, en las cuales ella interactuó incluso con roqueros”, añadió Obregón.
Su voz se apagó a los 74 años, sin embargo, su legado e inspiración se mantiene intacto en todo el mundo, donde se le sigue dando Gracias a la vida por haber permitido conocer una artista como Mercedes Sosa.